Capítulo 337 Desesperación
Andrés, y no digamos Esteban, se quedaron mirando a Salma con incredulidad. ¿Salma había perdido la cabeza? En realidad, estaba proponiendo que Esteban pagara la fianza de un asesino. Aunque Esteban tuviera contactos con gente influyente, no podrían ayudarlos en este aprieto. Esteban miró a Salma con un nivel de decepción que nunca había experimentado.
—¿Crees en las palabras de Melinda? Simona es de nuestra sangre, ¿y la cuestionas basándote en las afirmaciones de otra persona?
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