Capítulo 233 300 mil por una mano y una pierna

Media hora más tarde, en la entrada de la Bahía Clara. Jordán estaba en cuclillas sobre una gran piedra azul mientras miraba hacia el exterior del pueblo. Sacó un cigarrillo del bolsillo y lo encendió. Sus ojos estaban llenos de determinación mientras daba unas caladas profundas. Unos minutos después llegaron dos furgonetas. Los dos autos se detuvieron junto a Jordán, y del auto salió un hombre. Parecía musculoso, tenía la cabeza calva y llevaba una gran cadena de oro alrededor del cuello. Tenía un aspecto feroz.