Desde que llegó a Mareste, Lidia había estado completamente ocupada con los asuntos triviales de la compañía. Se dio cuenta de que no podría regresar esa noche y siguió disculpándose con Daniel por teléfono.
Daniel suspiró profundamente con una sonrisa amarga en su rostro.
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread