Capítulo 205 Poder
El Dios Guerrero, uno de los cuatro grandes reyes del mundo clandestino, era una figura formidable. Aldo conocía muy bien su lugar, frente al Dios Guerrero, era tan insignificante como una hormiga. ¡Suplicando clemencia! Solo quedaba una opción. El dinero era inservible. Incluso si lo perdía, podía recuperarlo. Además, ni siquiera sabía si el Dios Guerrero lo quería. El corazón de Aldo temblaba ante la idea de renunciar a toda su riqueza para comprar su vida.
La sonrisa de Paulo tenía un toque de burla.
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