Capítulo 1158 Aquí termina

En el fondo, Neera estaba en estado de pánico, pero sabía que en ese momento no podía perder la compostura, por muy asustada que estuviera, no podía dejar que se le notara, entonces, apretó la mano, con la palma llena de sudor, esforzándose por mantener la calma y la compostura. Al ver que la otra parte se acercaba cada vez más, de repente pensó en algo. Buscó en su bolsillo una daga, la misma que Finnley le había dado. Apresurada, flexionó la muñeca y la arrojó hacia la otra parte, después de un día entero de entrenamiento, le dolía mucho la muñeca, lo que hacía aún más difícil apuntar.