Capítulo 89 No lograrás nada

Neera tenía los ojos fríos, como si estuviera mirando un cadáver. Las acciones de Alfonso la afectaban. Al principio pensó que podría escapar aunque él fuera con más personas para retenerla y llevársela por la fuerza. Pero no tenía ni idea de que iba tras sus hijos y de que iban a encerrarlos si ella no cooperaba. Fue culpa suya por descuidarse; no esperaba que fuera tan imbécil. Sin embargo, no se dejó llevar por el pánico y se calmó de inmediato. Cuando la situación llegó a ese punto, no tuvo más remedio que encontrar una solución para acabar con ella. Podía llegar a un acuerdo a corto plazo y, cuando llegara al hotel o a casa de los Beauvort, buscaría la manera de marcharse.