Capítulo 162 No seguirá sufriendo
Neera retrocedió sin poder contenerse, aferrando aún la pequeña bandeja con las preciadas medicinas que tanto le había costado conseguir. Su preocupación se centraba únicamente en protegerlas, sin preocuparse por su bienestar. Con las prisas, se olvidó de sí misma y solo se preocupó de conservar las dosis. Por desgracia, sin ninguna protección, cayó pesadamente al suelo y su brazo se cortó por accidente con un trozo de cristal roto que había en el suelo. De inmediato apareció una vívida mancha de sangre en su brazo, que por lo demás era blanco como la nieve. Ian se quedó sorprendido y exclamó:
—¡Señora García! ¿Se encuentra bien?
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