Capítulo 37 Nadie es culpable de los pecados de su padre
Erendel
Todavía se le hacía imposible creer las palabras de Elvina. Su hechicera, la mujer en la que más había confiado desde que Rhainys había llegado al palacio, ahora le daba la espalda porque pensaba que él los traicionaría a todos. Sí, sabía que la situación estaba cada día más tensa, sobre todo por los rebeldes políticos que comenzaban a mostrarse cada vez con más desvergüenza. En otro momento los habría erradicado a todos, pero en ese instante, los necesitaba.
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