Capítulo 29 La felicidad tiene tu nombre elizabeth

Tuvimos la mejor fiesta de bodas que cualquier pareja de enamorados pudiese desear, pero ahora había terminado y debíamos prepararnos para la que sería nuestra noche de bodas. Aquello me hacía mucha ilusión, pero también me ponía muy nerviosa, pues sería la primera vez que me entregaría a un hombre, y aun cuando sería como siempre lo soñé, el miedo en estos casos es razonable. Subí a la habitación para cambiarme de ropa y prepararme para marcharme con mi esposo, allí estaba mi abuela quién me esperaba para despedirse, me senté junto a ella Y entonces nos abrazamos. Era un momento tan conmovedor, pues fue inevitable no recordar a mi madre y desear con toda el alma que ella pudiese estar allí conmigo, lamentablemente eso no podía ser, no obstante, estaba segura de que nos miraba desde el cielo, y desde allí estaría bendiciendo cada uno de mis pasos. Le externé a mi abuelita que me sentía profundamente nerviosa por lo que sucedería esa noche, por lo que no dudó en reconfortarme y aconsejarme. – Es normal que te sientas así mi amor, pero cuando en una pareja hay amor, esa se vuelve la noche más especial, para nosotras las mujeres es mucho más difícil, sobre todo si no tienes experiencia, pero te aseguro que cuando estés en esa habitación con tu esposo, todos los miedos desaparecerán y serán inmensamente felices, la entrega es parte del amor hija, tan necesaria y tan importante a la vez, así que no tengas miedo y sólo déjate llevar, Y ya verás qué será una experiencia maravillosa que guardarás en tu corazón por el resto de tu vida , Dijo ella con profunda ternura –.