Capítulo 6 No dejan de llover problemas
Habían pasado tres meses del nombramiento de Steve y Antonella como dueños de la empresa; tras los acontecimientos recientes y los conflictos con Steve, Antonella salía de la casa muy temprano, en la empresa realizaba su trabajo minuciosamente mientras trataba de toparse en lo absoluto con Steve.
Por otra parte, el clima laboral de los trabajadores y de ellos mismos como dueños hacía que la empresa alcanzara las metas, no lograban ponerse de acuerdo en nada y los resultados ya se veían reflejados en las finanzas.
—Buen día, Steve. —Dijo Jordán que lo esperaba sentado en la oficina.
—Wow, amigo acaso te caíste de la cama, que sucede porque esa cara acaso te vas a casar; ni yo que no sé cómo librarme del desastre del compromiso con la insoportable de Lía me veo así.
—Steve no es momento de juegos, acabo de hacer un estudio de la situación financiera de la empresa y déjame decirte que no está nada bien, todo lo que ha venido diciendo Antonella está sucediendo, estamos al borde de la bancarrota. El despilfarro de materia prima es catastrófico de nada sirve estar comprando materia prima si el personal daña todo por sus diferencias no obstante hay una fuga de dinero que no se justifica, amigo sinceramente no sé cómo van a salvar la empresa.
La cara de Steve estaba pálida, sus manos comenzaron a sudar no podía creer lo que escuchaba apenas llevaba tres meses en la empresa y ya estaba hecha un desastre.
— ¿Antonella sabe algo de esto, Jordán?
—Si ella fue quien me solicito que hiciera ese estudio.
—Imagino que debe estar riéndose y diciendo que me lo advirtió, es raro que no a llagado a restregármelo en la cara.
—Te equivocas Steve, Antonella no te ha nombrado ella está buscando que solución encuentra para este desastre y creo que tú y yo deberíamos hacer lo mismo.
Mientras tanto Antonella, revisaba las acciones del club, el valor de la mansión los autos y todas las propiedades, pensaba en reducir el personal y aunque sonara descabellado la idea de una asociación con Tomás estaba en su cabeza como la mejor opción.
La noche llego Antonella se había quedado hasta tarde analizando cada una de las opciones, tarde o temprano tendría que sentarse con Steve a decidir el futuro de la empresa.
Al llegar a casa Antonella se encontró con la desagradable sorpresa de que Lía estaba allí para pasar unos días con Steve. —Buenas noches, hola madre ¿cómo estás? —Pregunto Antonella.
—Bien hija, que sucede te ves preocupada.
—No es nada madre, no es más que cansancio.
En ese momento Lía y Steve bajaban las escaleras, para ir a cenar.
—Hola querida Antonella, que te parece que vine a alegrar sus vidas por unas semanas; hay es que mi Steve trabaja tanto y ya casi no lo veo así que se me ocurrió la fabulosa idea de venirme unos días que te parece.
Lía sospechaba que lo que Antonella sentía por Steve era más que odio así que no retrocedía ni un paso para dejarle la oportunidad de que se quedara con él.
—Sinceramente, Lía me alegra mucho que estés aquí así le haces compañía a mi madre mientras que Steve y yo pasamos interminables horas en la empresa; por cierto Steve mañana temprano quiero reunirme contigo para presentarle algunas opciones para mejorar la situación en la empresa, que tengan todos muy buenas noches.
Lía borro de inmediato la sonrisa de su cara con lo que Antonella había dicho, mientras que Steve moría de ganas por reírse sin duda alguna Antonella sabia como amargar a Lía. Antonella entró a la habitación tomo una ducha y se colocó una ligera bata de seda que delineaba su figura, abrió las puertas del balcón y se detuvo a contemplar la luna; en ese momento Steve salió al jardín para atender la llamada de Jordán y miro el cielo la luna estaba hermosa de pronto se giró y allí estaba Antonella en el balcón como una diosa a quien la luna le regalaba todo su esplendor.
—Wow, se ve tan hermosa y su cuerpo es tan increíblemente delineado no puedo negar que es la mejor obra de la creación.
—Steve de qué diablos me estás hablando, te pregunto si hablaste con Antonella y me sales con la luna, la creación y quien sabe que más, acaso perdiste la razón amigo.
—Antonella está en el balcón, se ve tan hermosa, amigo realmente su hermosura ínsita a mirarla, le tomaré una foto espera.
Steve dirigió su celular y le tomo la foto a Antonella viendo la luna, era la mejor foto que había tomado en su vida un escenario maravilloso donde las protagonistas eran ella y la luna, el sonido al tomar la foto dejo al descubierto a Steve. —Qué rayos haces Steve, acaso me estás tomando fotos.
—He no, para nada, tan solo quería capturar una imagen de la luna está realmente hermosa, que pases buenas noches, Antonella debo volver a la mesa.
—Steve no ha dejado de ser un chiquillo, ni siquiera sabe mentir.
Tocaron la puerta Antonella busco algo para cubrirse la bate que llevaba puesta dejaba mucho al descubierto.
—Alfred, me trajiste la cena tu siempre pendiente de mí, que sería de mí sin ti pasa, ya que no puedo dormir mientras platiquemos un rato.
—No podía permitir que se acostara sin cenar, y cuénteme como van las cosas en la empresa.
—Terrible Alfred y por lo que veo aquí también ahora más que nunca debo irme de esta casa no soporto a Lía y si eso es ahorita espera a que se case con Steve.
—El joven no se casará con la señorita Lía, eso lo hizo por celos, pero ya verá que dentro de poco sale de ese tormento.
— ¡Por celos! ¿De qué o de quién Alfred?
—Hay señorita ya dejé de jugar y hacerse la tonta; ustedes dos están enamorados, pero su orgullo y los fantasmas del pasado no los dejan ver.
—Ya nada de eso importa Alfred él ya dedicó su vida y yo haré lo mismo.