Capítulo 2 De regreso a casa
El día había llegado todo estaba preparado para recibir a los invitados la decoración era majestuosa las mesa, la música, los juegos todo en orden todo perfecto.
Cuando ya todos los invitados estaban disfrutando de la música y de los juegos Antonella bajo lucía un hermoso vestido azul su largo cabello ondulado se movía al compás del viento Joe y Laura hicieron la presentación y dieron las gracias a los invitados por estar allí.
Tan pronto terminaron de hablar los fotógrafos capturaban cada momento con sus cámaras, los chicos que habían asistido jugaban y platicaban amenamente con Antonella, mientras que su hermanastro Steve la observaba desde lejos y comentaba con dos de sus amigos Lía y Peter quienes eran igual de arrogantes que él.
En ese momento hicieron acto de presencia Richard y su hijo Tom. —Feliz cumpleaños pequeña, te ves hermosa.
—Gracias Mr. Richard, es usted muy amable, Tom como estas que bueno que hallas podido asistir.
—Gracias Antonella eres muy amable, además no me fuese perdido tu cumpleaños por nada del mundo que lastima que tengas un hermanastro tan insoportable pero en fin estoy aquí por ti así que vamos disfrutemos de tu fiesta. —Añadió Tom.
Ambos chicos disfrutaban y reían alegremente y eso algo que Steve no soportaba como era posible que se llevaran tan bien y apenas se conocían.
—Miren Antonella y Tom dos perdedores juntos, amigos conozcan a la arrimada que mi papá y mi mamá decidieron traer a casa por lastima. —Dijo Steve
—Creo que el golpe que te di no fue suficiente, de hecho su amigo llora como niña y eso no es todo se esconde detrás de mi mamá para que lo defienda porque a diferencia de ti Steve yo si tengo mamá y papá. Por lo menos a mí lo arrimada se me quita en unas semanas cuando regrese a casa pero tu jamás volverás a tener madre. —Respondió Antonella.
Ya era hora de cantar cumpleaños y Alfred buscaba a los chicos, mientras que ellos estaban cerca de un charco de lodo que había dejado el chico que lavaba los perros discutiendo incontrolablemente.
—Antonella no discutas con este niño mimado, que no ves que es un pobre chico tiene mucho dinero pero ni aun así tiene educación solo un imbécil puede discutir con una chica. —Añadió Tom.
— Yo en mi casa hago lo que quiera así que no te metas ni siquiera sé que hacen tú y tu padre aquí, mira ya viene Alfred a buscarte Antonella para cantar cumpleaños pero creo que te falta algo. —Y sujetándola de los brazos Steve la arrojo al charco de lodo que estaba detrás de ella.
La pobre Antonella estaba llena de lodo de pies a cabeza, los chicos se reían de ella solo Tom le dio la mano para levantarla del fango. Antonella quería llorar pero no sedería ante su hermanastro así que lo sujeto del brazo y cayó al lodo junto a él.
Alfred no sabía qué hacer, así que los separo y así llenos de lodo los llevo frente al pastel todos los veían horrorizados mientras cantaban cumpleaños y se repartió el pastel mientras que Joe y Laura se disculpaban por el comportamiento de los chicos.
—No puedo creer lo que hicieron, como pudieron ponerse en ese estado parecen un par de bebes jugando con lodo. —Dijo Laura.
—Mamá Steve comenzó a insultarme y no solamente a mi sino a Tom también como me defendí me arrojo al lodo y cuando me levante le hice lo mismo. — Añadió Antonella
—Eso es mentira madre ella y ese tonto de Tom comenzaron. —Respondió Steve.
—Ya basta no quiero oír una palabra más retírense mañana hablaremos.
Al día siguiente todos estaban en la mesa, Joe y Laura decidieron ir a un rancho que tenían donde tendrían que ayudar con los animales así que después de desayunar comenzaron a preparar todo para salir ese mismo día.
—Que hermoso es todo esto, mira los caballos, las ovejas y las vacas, me encanta. —Dijo Antonella.
—Claro si te gusta estar rodeada de estiércol, lo mejor será que ni me acerque a ti si quiero regresar a la civilización. —Contesto Steve.
—La idea Steve es que aprendan a convivir, que sean amigos eso es lo que quiero. —Añadió Joe.
El camino era largo cuando llegaron ya casi era hora de cenar, los chicos estaban exhaustos tomaron un baño, comieron algo ligero y se quedaron profundamente dormidos.
—Buen día es hora de levantarse, mi nombre es Carl y trabajaran conmigo los espero en cinco minutos para desayunar. —Dijo un caballero con ropa de vaquero.
— ¿Qué hora se supone es?—Pregunto Steve.
—Son las 5:00 a.m.
—Acaso perdió la razón aún tengo que dormir.
—Mira pequeño te espero en cinco minutos en la cocina y no volveré a repetirlo.
—Buen día, ya estoy lista los espero en la cocina, querido Steve te aconsejo que no te pongas difícil esta no es tu zona de confort así que acostúmbrate y obedece.
Después del desayuno los chicos fueron con Carl para aprender como se ordeñaban las vacas; Antonella prestaba atención y enseguida hacia su labor mientras que Steve era un desastre luego fueron a limpiar los establos.
—No puede ser esto es asqueroso creo que mi papa me odia gracias a ti es el peor castigo que he recibido en mi vida.
—Quizás así dejas de ser llorón y majadero ahora comienza a limpiar o no saldremos hoy de aquí.
—Cómo puedes estar tan tranquila aquí metida
—No todo puede ser color de rosa la vida es así Steve, y gente como tú no aprecia el sacrificio y lo que soportan las personas que te sirven ahora cállate y trabaja.
—Deja de lanzar eso así Antonella me estas ensuciando.
Los días pasaban y los chicos se iban adaptando a sus labores diarias incluso hasta se comunicaban más las discusiones eran menos Steve por momentos se reía de las ocurrencias de Antonella era difícil de admitir para el pero ella era linda, divertida e inteligente hasta por momentos solía pensar que si no fuera a robar la atención de sus padres podían ser amigos.
Era momento de regresar a la gran mansión y Antonella a su vida en New York las vacaciones habían terminado y lo peor es que casi no disfruto de su madre gracias a todos los castigos que enfrento por culpa de Steve.
—Bueno pequeña sabes que te estaremos esperando el próximo año, te echaremos de menos la casa sin ti y sin tus ocurrencias y peleas con Steve no será lo mismo. —Dijo Joe.
—Cariño lamento mucho que no pasáramos tiempo juntas para el próximo año trata de mejorar tu comportamiento.
—Mamá no fue mi culpa pero ya no importa, nos vemos el próximo año gracias por todo igualmente a ti Alfred gracias por consentirme, platicar conmigo y hacerme reír. Adiós Steve espero que el próximo año podamos convivir sin problemas.
Steve se acercó a ella y la abrazo mientras le decía al oído. —Ni lo pienses jamás cambiare mi forma de ser y si tienes algo de inteligencia mejor no regreses Antonella.
—Pues si es así tendrás que volver a verme la cara el próximo año y todos los que vengan mientras mi mama este en esta casa yo vendré así que tendrás que acostumbrarte querido hermanastro.
Antonella regreso nuevamente a casa con la ilusión de ver a su madre el próximo año y con la amenaza de Steve cosa que a ella no le importara mientras su madre y Joe continuaran permitiéndole visitar la mansión ella lo haría sin dudarlo no se iba a intimidar por un estúpido niño mimado.
Al llegar a casa abrazo a su padre fuertemente y unas lágrimas corrieron sobre su rostro.
—Que sucede pequeña ¿tan mal te fue?—Pregunto Gianni.
—Nada papá simplemente te extrañe y extrañe mucho mi casa. —Respondió Antonella.
—He visto las fotos, la mansión donde ahora vive tu mamá se ve increíble y tu fiesta de cumpleaños debió ser genial vi tu vestido y las decoraciones.
—Si estaba todo muy lindo pero mejor vamos a descansar y mañana te parece si hacemos paquecas para el desayuno y luego vamos al parque.
—Está bien mi pequeña princesa te dejare descansar mañana será otro día.
En la mañana el dulce olor de las panquecas la despertó, luego de hacer la cama entro al baño cepillo sus dientes y entro a la ducha, no dejaba de pensar en lo mal que le había ido en casa de su madre y en como su madre había creído todo lo que Steve decía.
Quizás Steve tenía razón ya su madre no la quería y por esa razón se había apartado de ella que rayos estaba pensando cómo iba a prestar atención a las habladurías de un tonto niño que lo que buscaba era quedarse con su madre esperaría con ansias las próximas vacaciones para volver con su madre y eso era lo único que debía pensar después de todo su madre no le había contado nada a su padre eso debía significar que aun la quería en su vida.
—Buen día padre es grandioso estar de vuelta en casa.
—Buen día cariño, quien te escuche diría que no te fue tan bien en la mansión de tu madre.
—A decir verdad todo excepto el insoportable de Steve fue bueno ese niño es un pequeño malcriado acostumbrado a que mi madre lo consienta es realmente detestable.
—Cariño si no fueras tan pequeña te diría esa frase que dice que del odio al amor hay un paso ja ja ja.
—Papá ni en un millón de años ni porque fuera el último hombre en el planeta me fijaría en ese tonto.
—Antonella debes entender que el perdió a su madre cuando apenas era un bebe y quien sabe cuántas personas pasaron por su vida que no llenaron ese vacío hasta que conocieron a tu madre él tan solo tiene miedo de perder ese amor y cariño que tu madre le ha regalado.
—Y a mi papá ¿Quién me devolverá el cariño y la falta que me hace mamá?
—Lo se pequeña y no sabes cuánto me duele que no puedas tener a tu madre cerca quizás debí luchar más por ella.
—No fue tu culpa papá y ya no podemos más del tema mejor vamos a desayunar que se va a enfriar el desayuno.
—Está bien cariño buen provecho.
Después de esa conversación no se volvió a platicar más sobre Steve y Laura la vida continuaba otra vez volvían a la rutina del colegio, el trabajo la danza y la casa los fines de semana Antonella y su padre iban al cine, al teatro, a patinar o simplemente a caminar por el parque mientras comían helado.
Y así fueron pasando los días, semanas, meses y años como siempre en cada vacaciones Antonella volvía a Suiza compartía con su madre, con Albert, Joe y hasta con el pequeño Tom sin embargo las peleas con Steve continuaban cada vez más ya pronto serian adolescentes ya medida que ellos crecian los problemas tambien.
Antonella pasó su vida entre New York y Suiza lamentablemente mientras estaba allí lo que más ansiaba era regresar a New York con su padre ya no aguantaba más humillaciones por mucho que amara a su madre ya estaba por darse cuenta por vencida ya casi estaba por salir de vacaciones sus cumpleaños ya no eran divertidos Steve siempre se la ingeniaba para que ese día fuera el peor y pensar que en unas semanas estaría allí celebrando su cumpleaños número 13.