Capítulo 4 Volverte a ver

Después de comunicarse con Alfred, Antonella empaco sus cosas y salió de prisa al aeropuerto, mientras que esperaba que el avión despegara, los nervios la invadían, sus manos sudaban, sentía que su respiración se acortaba. Era una locura regresar a la casa donde fue tan infeliz, Antonella solo tenía en su mente. <<Qué demonios pensaba Joe cuando dejo como última voluntad que estuviera presente porque después de muerto la colocaba en una situación tan desagradable>> lo que sí tenía presente que dentro de algunas horas estaría frente a Steve, tenía que calmarse de una forma u otra, así que tomo un trago, solo sería uno no podía llegar ebria al funeral. En cuanto el avión aterrizo fue al baño y se cambió la ropa que llevaba, de inmediato dejo de ser una chica sencilla con jeans y tenis a una distinguida dama de sociedad con sandalias altas y traje Chanel. Tomo el equipaje y salió, como era de esperar, el buen y fiel amigo Alfred estaba allí con el chofer de la familia para recogerla. —Señorita Antonella, no puede ser que cambiada esta, ya es toda una dama como la extrañe, a pesar de que siempre platicamos por celular no es lo mismo como extraño aquellos días que ponía la casa de cabeza dándole su merecido al joven Steve. —Mi querido Alfred también te extrañé, aunque no te voy a mentir volver me aterra, así que solo estaré de paso, asistiré al funeral y regresaré a New York. —Entiendo que no quiera permanecer mucho tiempo aquí por los problemas con el joven, pero debo decirle que ha cambiado mucho, incluso siempre me pregunta por usted, pero me pide que no comente con nadie, aunque no lo crea, ustedes se parecen mucho. —Alfred me insultas al decir que me parezco a ese malcriado, a ver cambiando de tema como está mi amigo lo has visto. —Si señorita el joven Tom cada vez que nos cruzamos pregunta por usted ya es todo un empresario está al frente de los negocios de su padre y como es de esperar él y el joven Steve se siguen odiando. —No es para menos Alfred, después de lo que Steve hizo es fácil odiarlo. —Comprenda, ya eran adolescentes y usted centraba su atención en joven Tom, era normal que Steve sintiera celos por más que el señor Joe la quisiera como a una hija. Steve siempre la vio diferente y eso no cambió con el paso de los años, simplemente su orgullo no lo dejo ver las cosas de otra manera, mire qué rápido llegamos, se nos pasó el tiempo platicando cuando esté preparada, bajamos del auto. Antonella sentía que sus manos y pies iban cambiando de temperatura, era momento de enfrentar a lo que tanto había huido respiro profundamente y bajo del auto tomo el brazo de Alfred y camino por el largo pasillo hasta llegar al salón donde se encontraba el féretro con el cuerpo de Joe. Todos volteaban a ver a la hermosa chica que caminaba hacia Laura y Steve. Todos estaban admirados, caminaba erguida con la cara en alto y de frente sin voltear a mirar era como ver a un miembro de la realeza. Steve no podía creer lo que veía, Antonella estaba más hermosa que la última vez y ahora era toda una mujer. —Madre, lamento mucho tu perdida si necesitas algo no dudes en decirme. —Dijo Antonella mientras abrazaba a Laura. —Gracias hija, estás irreconocible, Joe estaría muy orgulloso de ver en la hermosa dama en que te has convertido y cuéntame te quedaras con nosotros ahora que Joe murió la casa estará más vacía. — Contesto Laura. —Lo siento madre, solo vine al funeral, debo regresar al trabajo, sabes que mi vida está en New York. —Mientras Antonella platicaba con su madre, Steve escuchaba atento y esperaba a que lo saludara, finalmente Antonella se acercó y se quedó parada frente a él sin saber qué hacer o decir hasta que rompió el silencio. —Hola Steve, lamento mucho lo de tu papá si hay algo que pueda hacer por ti o si necesitas ayuda en algo solo dime estaré aquí por esta semana. Steve no podía dejar de ver lo hermosa que estaba, esa cara de princesa y ese cuerpo encantador combinado con esos ojos que parecían hechizarlo con cada mirada, en un momento se preguntaba que rayos le pasaba, debía reaccionar y contestar las miradas estaban sobre él. —Antonella disculpa, tengo tantas cosas en la cabeza en cuanto a tu ofrecimiento, realmente te agradezco que estés aquí y bienvenida. El día continuo entre palabras de condolencias, llanto, recuerdos y algunas risas, luego de ir al cementerio los amigos de la familia comenzaron a despedirse, todos esos preparativos habían dejado exhaustos a la familia. El abogado fue el último en despedirse, pero antes les sugirió que en cuanto descansaran tenían que dar lectura al testamento, solo esperaría su llamada. Al momento de entrar al auto, Antonella escucho que alguien gritaba su nombre y de inmediato volteo a ver. —Antonella, mi loca amiga cuanto te extrañe mírate esta hermosa pareces salida del mismísimo Palacio de Buckingham que vas a hacer que te parece si vamos a mi casa y platicamos. — Dijo Tom mientras abrazaba a Antonella y le daba vueltas. —Realmente es inconcebible acaso tu cerebro se atrofió por completo Tom que no ves que no es el momento para que Antonella vaya de paseo a perder el tiempo contigo ten un poco de sensatez y mantente al margen y tu Antonella despídete y entra al auto es momento de volver a casa. —Respondió Steve. —Quien te crees para hablarme así Steve no soy ninguno de tus empleados o los amigos que besaban tus pies para figurar así que no te equivoques ya no soy la misma chiquilla que aguantaba humillaciones y desprecios y si voy a entrar al auto porque mi madre está allí ¡Tom cariño platicamos luego si me encanto verte! Adiós. De camino a la mansión todos guardaron silencio, Antonella veía tras la ventana del auto mientras que Steve la observaba fijamente, como era posible que después de tanto tiempo y de todo lo que hizo para separarla de Tom, el cariño entre ellos se encontraba intacto. —Chicos iré a mi habitación para descansar, los veo más tarde para cenar. —Dijo Laura mientras estaba al pie de la escalera. —Yo haré lo mismo, quiero tomar una ducha y descansar, Alfred, ¿me indicarías que habitación voy a ocupar? — Pregunto Antonella. —No es necesario, Antonella, tu habitación es la misma, claro con algunos cambios es obvio que ya no tienes nueve años has dejado de ser una niña. —Contesto Steve. Gracias Steve, ya que lo mencionas tienes razón, ya no soy una niña, así que deja de tratarme como si lo fuera, tu comportamiento frente a Tom es inaceptable. —¡Inaceptable! Acaso te estás escuchando inaceptable es que quiera llevarte de paseo acabando de enterrar a mi padre, además no confió en él y por el hecho de que mi padre no está debo de cuidar de ti y de mi madre además de continuar con sus negocios así que te voy a agradecer que te mantengas lejos de él. —Ja, ja, ja, ¡ahora si quieres cuidarme!, después que me arruinaste la vida cuando éramos niños sabes, es gracioso porque ahora que eres el gran hombre de la casa vas a tener que clonarte o ¿De qué manera piensas cuidarme cuando regrese a New York? —Veo que tienes prisa por volver a New York, ¿acaso alguien te espera allá? Antonella —Por favor Steve, de que hablas, en New York está mi vida y mi trabajo y si existiera alguien por quien deba regresar creo que no es tu problema. Pues te equivocas como ya te dije ahora soy el hombre de la casa y si tengo que clonarme como dices para cuidar de ti, de mi madre y de los negocios lo voy a hacer en cuanto a tu amiguito procura no traerlo aquí. En ese momento el teléfono sonó, Alfred contesto y en medio de la acalorada discusión dijo: —Disculpe joven Steve es la señorita Lía está al teléfono, le indique que está ocupado, pero insiste en hablar con usted, de lo contrario dice que vendrá a la casa. Steve hizo un gesto de fastidio y en ese momento Antonella respondió: —Anda corre atender a tu querida Lía, esa tonta lamebotas que por lo visto hace mucho más que eso; en cuanto a nuestra conversación será como usted ordene, señor Steve, lo que no sé cómo vas a hacer cuando me case con Tom, porque tu deber como hombre de la casa es llevarme al altar; así que te dejo eso de tarea, voy a mi habitación. La cara de Steve se puso roja tomo el teléfono para atender a Lía; sin embargo, mientras ella hablaba él no dejaba de pensar en que Antonella y Tom pudieran casarse, era acaso un comentario de mal gusto para terminar de arruinar su día, era impensable saber que Tom podía formar parte de su familia; pero para que preocuparse después de todo si eso era lo que quería, pues, le valdría madre total en la herencia y los negocios solo él y su madre tenían el poder. Durante la cena todo estuvo tranquilo de momento, hacían algún comentario recordando las ocurrencias y la serenidad que caracterizaba a Joe, sin duda alguna el ambiente en la casa sin él era totalmente diferente. Antonella observaba a su madre mientras comía y pensaba como había cambiado la relación entre ella y su madre después del divorcio, no concebía como era posible que Joe le dedicara más tiempo y comprensión que su propia madre como la había dejado a un lado para dedicarse en cuerpo y alma al cuidado de Steve al punto de creerle ciegamente. —Disculpen, voy a retirarme, me duele un poco la cabeza que pasen buenas noches. —Antonella querida, pero si casi no probaste bocado siéntate y como un poco más que les parece si mañana vamos al club para distraer un poco la mente. —Propuso Laura. —Madre Antonella se siente mal déjala que regrese a su habitación y en cuanto a tu proposición recuerda que mañana es la lectura del testamento, así que debemos permanecer aquí en casa, pero puedo ordenar que el desayuno sea servido en el jardín para variar. —Bueno, ahora si me retiro y lo que ustedes decidan, pues, mañana temprano me uno que tengan buenas noches y descansen hasta mañana. Antonella regresó a la habitación, no entendía por qué tenía que estar presente en la lectura del testamento después de todo, el único heredero era Steve y eso no era un secreto para ninguno de los presentes, por otra parte, estaba la urgencia de Lía en hablar con Steve acaso ellos tenían alguna relación fuera de una amistad. —No puedo negar que Steve es un hombre muy apuesto y elegante, su sonrisa derrite hasta el témpano más enorme y fuerte; ni hablar de lo increíblemente sexi que se ve cuando está enojado, que Diablos te pasa Antonella, qué cosas estás pensando debes volver a New York cuanto antes. Poco después de la disyuntiva mental que tenía Antonella se quedó dormida. En la mañana los rayos de luz traspasaban las delgadas cortinas, el hermoso canto de las aves alegraban la mañana mientras Antonella poco a poco abría sus ojos. Era momento de ponerse en marcha, luego de salir de la ducha comenzó a vestirse, esperaría la lectura del testamento y luego iría a ver a Tom. —Buen día, disculpen, me quede dormida, estaba tan casada que dormí como nunca creo que el agotamiento de dos años sin vacaciones se está haciendo presente. —Dos años sin vacaciones Antonella y no sabes que las vacaciones son obligatorias y que todo trabajador está en el derecho de tomar vacaciones, todos los años deberías leer las leyes hija. — Dijo Laura. —Madre, yo sé de leyes y sé que las vacaciones son reglamentarias, si no he tenido vacaciones es porque no he querido, además soy la gerente general de una trasnacional con presencia en varios países y si no tengo ningún lugar interesante para no quedarme en casa no salgo de vacaciones. Para tu información antes que lo digas si he viajado a otros países y he conocido, pero estos últimos dos años he preferido quedarme al frente de la empresa. —Disculpa hija, no sabía que tenías ese cargo y que habías viajado, sobre todo me deja impactada que digas que no tenías un lugar interesante a donde ir cuando nosotros siempre te dijimos que vinieras a visitarnos. —Hay muchas cosas que no sabes de mi madre, esa era la diferencia que había entre tú y mi padre y hasta con Joe el sí sabía dónde trabajaba, cuál era mi cargo a donde viajaba después que mi padre murió, Joe siempre estuvo pendiente aun sin estar cerca y cuando dices que me invitaban si tienes razón lo hacían, pero tú siempre agregabas que si decidía venir que me comportara y que no molestara a Steve. Pero en fin ya no importa, ahora terminemos de comer. Tanto Steve como Laura sintieron una gran pena y tristeza, ambos le habían hecho tanto daño a Antonella y aun así ella estaba allí junto a ellos, al terminar el desayuno Alfred les informo que el abogado había llegado y esperaba en el estudio. —Buen día, John, ¿Cómo estás? ¿Gustas un café o algo?—Pregunto Steve. —Gracias mi buen amigo, pero esta mañana ando con un poco de acidez y prefiero no abusar de mi estómago, así que mejor demos inicio a la lectura del testamento que dejo tu padre. —Desde luego John comencemos entonces. —En vista de que todos los aquí presente nos conocemos y tenemos confianza voy a saltar la formalidad, lo que sí quiero dejar claro es que hace cinco años Joe realizo una modificación al testamento, el cual quedo de la siguiente manera: “A mi amada esposa Laura dejo el cincuenta por ciento de mis bienes y el 20% de las acciones de la empresa, a mi empleado de confianza y mejor amigo Alfred dejo una cuenta bancaria con una generosa suma de dinero como pensión, a mi único y amado hijo Steve dejo el veinticinco por ciento de mi fortuna y el cuarenta por ciento de las acciones de la empresa, el club entre otros bienes, por último dejo el otro veinticinco por ciento a una chiquilla maravillosa que lleno mi vida de risas, bondad y cariño; ese 25% de la fortuna más el 40% de las acciones de la empresa son para ti Antonella”. Termino de leer John. — ¡John quiere decir que Antonella! ¿Tendrá participación en las acciones de la empresa?—Pregunto Steve. —No solo tendrá una parte de las acciones de la empresa, sino que entre los dos deberán tomar las decisiones y llevar las riendas de la empresa, así que a partir de este momento ustedes son los encargados del negocio de la familia y sin objeción. Ahora bien, mis queridos amigos me retiro, nos vemos el lunes en la empresa para firmar los documentos y poner todo en orden. —Respondió John. Antonella estaba estupefacta, no sabía qué hacer o decir, era claro que Steve no la quería trabajando en la empresa, por un instante volvió esa sensación de angustia que la invadía de niña. —Mi padre se volvió loco. —Steve cuida tus palabras como te vas a expresar así de tu padre. —Madre es la verdad como se le ocurre dejarle el cuarenta por ciento de las acciones de la empresa a Antonella, que puede saber ella de la empresa o de cómo se maneja, además para nadie es un secreto que ella y yo nunca estamos de acuerdo en algo. — ¡Hey! Que les sucede acaso olvidan que estoy aquí; ya que lo mencionas fíjate que por un momento estoy de acuerdo contigo, tú y yo no podemos trabajar juntos, aún eres ese niño consentido y malcriado que se siente el centro del universo y que todos deben hacer lo que dices. A para tu información yo si sé dirigir una empresa y tengo más conocimiento de la empresa de esta familia de lo que te imaginas. —Añadió Antonella. —Yo me creo el centro del universo, quien es la que cada cinco minutos habla de irse a New York y de su maravilloso empleo y no solo eso quien es la que cuando anda con el imbécil de Tom se olvida del resto del mundo o me vas a decir que el día del entierro cuando lo viste olvidaste que estabas en un velorio y pensabas salir corriendo con él sin importarte nada ni nadie. —No es así, no sabes lo que dices Steve, si no me importaran no estaría aquí después de todo lo que me hiciste, pero sabes que al diablo contigo y con tu estúpida empresa voy a empacar y salir de aquí. —Si claro, Antonella ve y sal corriendo o mejor ve a buscar refugio en Tom, así es que piensas dirigir mi empresa corriendo cuando se presenta la primera tempestad. —No seguiré perdiendo mi tiempo contigo, piensa lo que se te venga en gana adiós. Antonella salió de la casa sin decir a donde lo único que deseaba era alejarse lo más posible de Steve, no sabía que hacer, estaba entre dejar todo y huir de nuevo como él lo había dicho o renunciar a su vida en New York y tomar las riendas de la empresa sin importar que Steve estuviese con ella salió de la propiedad y continuo caminando por el largo camino sin un rumbo fijo de pronto escucho que un auto se frenaba justo al lado así que volteo enfurecida penando que era Steve. —Lárgate salí de tu casa para qué. Tom, eres tu disculpa es que pensé que era otra persona. —Si pude notarlo, pero no ese tormento tuyo, imagino que se quedó en su casa, ahora ven sube al auto, vamos por algo rico de comer y si quieres vemos una película, vamos a mi empresa o simplemente vamos al parque a dar de comer a los patos ¿Te parece? Antonella subió al auto de Tom y se marcharon al parque, allí fueron por helado y comida para los patos: —Ya que caminamos y drenaste un poco comiendo helado cuéntame ¿Qué fue lo que ocurrió entre Steve y tú? —Lo de siempre Tom, él jamás cambiará y ahora que es el jefe de la casa, quiere proteger y mandar a todos, no sé por qué Joe me incluyo en ese testamento, todo sería mejor y solo fuese venido al funeral y luego regresar a New York. — ¡Joe te incluyo como heredera en el testamento! Ja, ja, ja Steve debe estar furioso saber que tendrá que compartir su herencia contigo. —No solo me dejo parte de la herencia, sino también me dejo el 40% de las acciones de la empresa, además dejo claro que Steve y yo estaríamos al frente de la empresa y ambos tomaríamos las decisiones, eso fue lo que realmente le molesto, no le importo que me dejara dinero lo que le hizo perder la cabeza fue que tendré el mismo poder que él en la empresa. —Ósea que lo que le molesta es que estés al mismo nivel que él en la empresa, bueno mi querida amiga, espero que tomes la mejor decisión, además sería bueno tenerte aquí. —Si Tom le indigna que esté con él en la empresa y lo que más lo hizo explotar fue que comenzó hablar de ti y a insinuar tonterías y le dije que tenía que prepararse porque no solo tendría que aguantarme en la empresa sino que como jefe de familia tendría que llevarme al altar cuando me casara contigo ja, ja, ja fueras visto su cara allí perdió el color y lo volvió a recobrar. Luego de que Antonella dijera eso, Tom se le acercó y acaricio su rostro mirándola fijamente y le dijo: —Eres hermosa Antonella y aunque suene gracioso para mí sería lo mejor que puede pasarme, te he amado por años y he callado para no alejarte, he preferido callar lo que siento, pero ya no puedo más. Tom se inclinó y besando los suaves labios de Antonella recordó aquel momento en la fiesta donde la beso por primera vez. —Tom que haces tú eres mi mejor amigo, por favor no arruinemos eso. — ¿Por qué? No Antonella ya no somos niños y como te acabo de decir yo desde el primer día que te vi sentí algo muy especial y si calle porque solo éramos unos niños, luego en tu último cumpleaños cuando nos tendieron esa trampa y nos besamos supe que lo que sentía era real y después de tantos años eso que siento sigue intacto. —Tom, tú eres mi amigo, ese día en mi fiesta no sabía que eras tú, pensé que era. — En ese momento Antonella se quedó en silencio. — ¿Qué era quién? A ver, ¿quién creías que te estaba besando? —Mientras tanto, Antonella solo estaba parada frente a Tom sin responder. —Responde Antonella, sabes, no tienes que responder, ya sé a quién esperabas ese día para que te diera el beso. Yo solo fui un imbécil que pensó que era a mí a quien esperabas, pero siempre esperaste al arrogante de tu hermanastro, siempre lo has querido a él. —Tom que cosas dices acaso te volviste loco yo no siento nada por Steve no puedo en cuanto a nosotros por favor te pido que no arruinemos la amistad y será mejor que regresemos mi madre debe estar preocupada. —Si claro, tu madre y tu querido Steve deben de estar preocupadísimos. —Tom, por favor no hagas esto si te quiero y te necesito en mi vida, pero solo eres mi amigo. —Sabes Antonella, yo no sé siquiera seguir siendo tu amigo y ya no hablemos por favor te llevaré a tu casa. En el trayecto a casa Tom y Antonella estuvieron callados, sin duda alguna era uno de los peores días en la vida de Antonella; finalmente habían llegado, Tom estaciono el auto frente a la casa para dejar a Antonella. —Gracias por traerme Tom y por favor ya no estés molesto, no quiero perder a mi mejor amigo. —Lo siento Antonella, pero será mejor que no sigamos viéndonos por lo menos hasta que se me pase esto que siento, está claro que caminamos por senderos diferentes, espero que respetes mi decisión así que no me busques. —Tom estás rompiendo conmigo, estás terminando nuestra amistad, no me hagas esto, por favor te necesito en mi vida todo contigo es más cálido. —No eres tu Antonella. —Si claro no eres tú, soy yo qué cliché. —Es mejor así por tu bien y por el mío Adiós Antonella. Antonella bajo del auto, Tom se marchó a toda prisa mientras ella observaba como su mejor amigo se perdía por el extenso camino rodeado de árboles; mientras tanto Steve y Alfred se encontraban observando todo desde el jardín. —Algo paso entre esos dos Alfred, no puedo negar que Tom es muy formal y bajo otras circunstancias no dejaría a Antonella en el camino. —Es cierto joven Steve, además la niña se ve mal, su expresión lo dice todo, pero es mejor darle su espacio. —Sí, pero vamos entremos a la casa, quiero verla de cerca y si ese patán le hizo algo te juro que me las pagara. Al entrar a la casa estaban reunidos Steve, Alfred y Laura, sin duda alguna Antonella estaba mal, su rostro estaba rojo y sus ojos hinchados de tanto llorar. —Hija que te sucede porque estás así que te ha pasado. —Madre, no quiero hablar, solo quiero tomar una ducha y dormir sin que nadie me moleste. —Antonella dinos que te sucedió nos preocupas acaso el imbécil de Tom te hizo algo intento propasarse contigo vi que te trajo a casa. —No, Steve, pasó lo que siempre quisiste, la única persona que me quedaba decidió romper nuestra amistad y alejarse de mí, ahora puedes estar tranquilo, ya que aclare la duda del señor me permite retirarme. Todos se quedaron en silencio viendo como Antonella le daba la espalda y subía las escaleras; Steve tenía que saber que había pasado, eso no se podía quedar así. —Steve a dónde vas hijo, que no sea lo que estoy pensando, no busques más problemas. —Tengo que ver a Tom y que me diga que fue lo que sucedió Antonella es fuerte y está muy afectada ya regreso. —Alfred ve con él por favor no permitas que se busque problemas. Tal como Laura pensaba, Steve había ido a buscar a Tom y estaba dispuesto a todo para saber la verdad. — ¿Qué haces aquí Steve? —Vengo a que me digas que fue lo que le hiciste a Antonella. —Y desde cuando te preocupa lo que le pase ella para ti es un estorbo. —Solo dime que fue lo que le hiciste Tom. —Alfred porque no llevas al pequeño Steve con su mamá y evitas que se busque problemas. —Mira infeliz dime que le hiciste o no respondo. —Ya que insiste te diré todo lo que hicimos, primero fuimos por un helado, luego hablamos de lo insoportable que eres y después nos besamos como nunca a sus labios aún son tan suaves como la primera vez y por último esa parte es la mejor, pero la voy a omitir lo que te puedo decir es que al final le dije que no volviera a buscarme. —Eres un desgraciado que fue lo que le hiciste. Después que Steve se le fuera encima a Tom se golpearon durante unos minutos hasta que por fin Alfred y otros empleados los separaron. —Eres un perdedor, Steve no reconociste que estabas enamorado y perdiste, ella jamás será tuya, es demasiada mujer para ti. —Esto no se quedará así y es mejor que no vuelvas acercarte a ella o te juro que te mato. Steve no podía creer lo que Tom había dicho acaso, él y Antonella habían estado juntos, ella era capaz de entregarse a Tom sin pensar en las consecuencias. —Señor, debería calmarse, es mejor que pasen unos días o deje que yo platique con la señorita y sepa que fue lo que realmente paso no se precipite. —Se entregó a él, Alfred me odia tanto que se entregó a él sin pensar no puedo creer lo que hizo. —No crea todo lo que el joven Tom dijo mejor, espere que todo se calme y después hable con ella. —No puedo esperar Alfred debo hablar con ella de una vez. —Al volver a casa sin pensar, Steve subió rápidamente las escaleras y entro a la habitación de Antonella. —Alfred porque Steve está todo golpeado y sucio a donde va tan de prisa que es lo que sucede. —El joven se peleó con el joven Tom y ahora viene hablar con la señorita Antonella, mejor esperemos aquí esos dos hace tiempo que tienen que decirse unas cuantas verdades, así que vamos a tomar asiento y tener calma, quizás después de esto todo mejore. Mientras tanto, en la habitación de Antonella, Steve cerraba la puerta con seguro para que nadie entrara. —Steve, que te paso porque estás así y que haces en mi habitación. —Dime por qué lo hiciste Antonella porque te besaste con Tom porque tenías que correr a sus brazos. —De que hablas Steve —No te hagas la tonta, él me dijo todo lo que paso —Si él me beso nos besamos ¿y qué? Porque te afecta, él ha tenido el valor que tú no tuviste, el sí enfrenta las cosas como un hombre, no como un pobre niño mimado, lo que paso luego fue que me dejo, no puedo buscarlo más y todo te lo debo a ti, ahora eres feliz. No podía creer lo que escuchaba su sangre hervía, de pronto la sujetó del brazo y la lanzo en la cama se arrojó sobre ella y comenzó a besarla, de pronto se detuvo, se alejó de ella y salió de la habitación. —Joven, ¿qué sucedió hablo con ella? —No quiero hablar, Alfred necesito que llames a Lía y le digas que la espero mañana en la noche junto a su familia para una cena aquí en la casa y que no comience a molestarme con preguntas que haga lo que digo y punto y por favor infórmale a mi madre de la cena y a su hija todos deben estar presente. —Como usted ordene joven Steve. Finalmente, la noche término Antonella no sabía que había sucedido y porque Steve la había tratado de esa manera, lo que sí sabía es que no podía sacar de su mente sus besos y caricias, no podía negar que Steve está muerto de celos por el beso entre ella y Tom esperaría una oportunidad para platicar con Alfred de seguro él estaba al tanto de todo.
Ajustes
Fondo
Tamaño de letra
-18
Desbloquear el siguiente capítulo automáticamente
Índice
Capítulo 1 Cuando la vida me cambio Capítulo 2 De regreso a casa Capítulo 3 Todo cambio Capítulo 4 Volverte a ver Capítulo 5 Después de la cena una gran noticia como postre Capítulo 6 No dejan de llover problemas Capítulo 7 La mejor estrategia Capítulo 8 Perdidos en el bosque Capítulo 9 Un nuevo golpe Capítulo 10 Una mano amiga Capítulo 11 La última palabra appCapítulo 12 Preparada para la cita appCapítulo 13 Cambio de planes appCapítulo 14 Con el corazón destrozado appCapítulo 15 Cada quien por su lado appCapítulo 16 De vuelta a la realidad appCapítulo 17 Tom insiste appCapítulo 18 Hablemos de la boda appCapítulo 19 Viaje a new york appCapítulo 20 El vestido de novia perfecto appCapítulo 21 Despidiendo la solteria appCapítulo 22 Una noche de copas, una noche loca appCapítulo 23 Lía gana terreno appCapítulo 24 Incomodo encuentro appCapítulo 25 Tu por tu lado y yo por el mío appCapítulo 26 Antonella esta confundida appCapítulo 27 Confusión appCapítulo 28 La boda appCapítulo 29 Fiesta de boda appCapítulo 30 Luna de miel appCapítulo 31 Bienvenidos a inglaterra appCapítulo 32 Una práctica antes del torneo appCapítulo 33 En el torneo appCapítulo 34 La furia de tom appCapítulo 35 Pronto regreso appCapítulo 36 Emily vuelve para quedarse appCapítulo 37 Antonella deja la empresa appCapítulo 38 Completamente sola appCapítulo 39 Sorpresa, sorpresa appCapítulo 40 Un torbellino llamado wendy appCapítulo 41 La cereza que le faltaba al pastel appCapítulo 42 Entredicho y tormentas appCapítulo 43 Verdades que duelen appCapítulo 44 Matando dos pájaros de un tiro appCapítulo 45 Un despertar sorprendente appCapítulo 46 Un enfrentamiento explosivo appCapítulo 47 Nuevo refugio appCapítulo 48 Lealtades divididas appCapítulo 49 Revelaciones y desenlaces appCapítulo 50 Intrigas y conspiraciones appCapítulo 51 Confrontaciones en el club appCapítulo 52 Secretos revelados appCapítulo 53 Secretos revelados ii appCapítulo 54 Tejiendo una telaraña de peligro appCapítulo 55 Maldad a flor de piel appCapítulo 56 La misteriosa muerte de gerald appCapítulo 57 La maldad no da tregua appCapítulo 58 Ambición sin límites appCapítulo 59 Una bienvenida inolvidable appCapítulo 60 El descaro appCapítulo 61 En la disco appCapítulo 62 Fragmentos de destino appCapítulo 63 Entre la desesperación y el enfrentamiento appCapítulo 64 Espera y desesperación appCapítulo 65 Tormenta de emociones appCapítulo 66 Hilos de engaño appCapítulo 67 Emily recibe una inesperada visita appCapítulo 68 Milagroso despertar: el regreso de wendy appCapítulo 69 Durante la rehabilitación appCapítulo 70 Sombras de obsesión appCapítulo 71 Teñido de rojo appCapítulo 72 Lía conoce el lado malo de steve appCapítulo 73 Steve salva a tomás appCapítulo 74 Comida para tiburones appCapítulo 75 Un nuevo comienzo app
Añadir a mi biblioteca
Joyread Español
UNION READ LIMITED
Room 1607, Tower 3, Phase 1 Enterprise Square 9 Sheung Yuet Road Kowloon Bay Hong Kong
Copyright © Joyread. Todos los derechos reservados