Capítulo 66 Gracias a dios
Juliana llegó a la estación de policías de Santa Catarina alrededor de las dos de la mañana. El oficial a cargo que la atendió, reconoció al muchacho cuando le mostraron una foto.
Él la condujo hasta la celda. Sergio se encontraba acurrucado en la cama, profundamente dormido. Su camisa tenía algunas salpicaduras de sangre y sus nudillos se encontraban vendados.
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