Capítulo 145 De nuevo en sus manos
– Ustedes la tienen, claro, una evidente forma de chantaje –Elián gruñó, no muy divertido ahora–. No le harán daño, claro que no. En especial si uno de los suyos es su amante. ¿Cierto, Fiore?
Argus no respondió nada, en realidad parecía a nada de explotar. Su mirada de odio hacia Elián aumentó y su dedo terminó en el gatillo, solo que la mano de Katya sobre su hombro no le dejó disparar.
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