Capítulo 2 Plan fallido

Elian frunció su nariz y pasó su mano por su corto cabello. – ¿"El cobarde"? Ni por 10 millones de libras esterlinas besadas por los labios de la misma reina –Egan empezaba a sentirse irritado por la impaciencia–. Pero él sabe algo, él debe saber quien lo hizo. Así que lo contacté para que se viera conmigo esta noche en una carretera cerrada. Él piensa que nos veremos porque tengo una oferta que hacerle por su casa en Villa Aurora, pero en realidad esa rata me robó unos papeles muy importantes la última vez que hicimos una negociación. – ¿Y yo qué tengo que ver aquí? –Elian sonrió con sus todos sus dientes amarillentos ante la pregunta de Egan. – Planeo hacerlo devolverme lo que es mío. Pero después de eso, será todo tuyo: lo dejaré en tus manos para que le saques la verdad sobre el asesino de tu madre –Elian agitó su mano en el aire mientras desviaba su mirada y la perdía en algún punto de la ventana del avión. Lucía nervioso, acomodando continuamente las solapas de la chaqueta de su traje–. No me interesa qué hagas luego con su cuerpo, siendo sincero, él no me sirve para nada más. Egan sintió una ligera esperanza crecer en su pecho, como si finalmente después de años estuviese cerca de algo bueno. Lástima que, tantos años habían hecho que él no supiese como sentir estas emociones y solamente supiese expresar un sentimiento: la ira y el resentimiento que descargaría contra el hijo de puta que mató a su madre. Para cuando el avión aterrizó lejos de Sacra Corona, estaba anocheciendo ya. Egan no dijo nada para despedirse de su tío ni siquiera le dirigió una mirada, sino que inmediatamente tomó camino hacia la carretera, preparando su Five-seveN. Cuando el conductor y los otros dos autos que venían con guardias y otros tipos del personal se detuvieron, Egan miró al frente donde un auto con los faros encendidos les bloqueaban el camino. Aquello era la ubicación que su tío le había confiado, pero hasta que Egan no vio bajarse de su propio auto a Macallan "el cobarde", él ni siquiera abrió la puerta de su auto. Hasta que ahí estaba, el tipo bajito y regordete, con cara de ratón y pies pequeños que hacía honor a su nombre. Egan se bajó un segundo después y se posicionó frente a su auto con los brazos cruzados. Macallan fue el primero en romper el silencio a unos metros de distancia de él. – Tengo entendido que tu tío tiene un mensaje para mí. Egan no dio una respuesta propiamente, sino que en su lugar sonrió con una mueca completamente carente de emoción y le dio la seña a Argus, quien estaba más cerca de él. La lluvia de balas empezó un segundo después: los francotiradores escondidos en las montañas a los alrededores de aquella noche fresca dispararon una ráfaga de balas contra cada hombre de Macallan. Ninguno tuvo oportunidad para reaccionar, hasta que un círculo de cadáveres rodearon y le bloquearon el paso al cobarde. Macallan quedó congelado tan solo un fracción de segundo. Tiempo suficiente para que Egan se acercara y lo enfrentara. Egan era al menos treinta centímetros más alto que él, y cuando Macallan lo vio ni siquiera oportunidad para subirse nuevamente en su camioneta tuvo. – Ese era el mensaje –respondió finalmente Egan–. Ahora, harás exactamente lo que te pida o la siguiente bala irá directamente a tu boca. ¿Nos estamos entendiendo? Macallan no respondió, sino que subió su mentón y enfrentó con su mirada a Egan. Sin embargo, no logró nada con ello. – Robaste unos documentos de mi tío, los quiero sobre mi mano en quince segundos. –Dijo Egan extendiendo la palma de su mano hacia arriba y levantando en la otra su arma. Macallan lució nervioso. – No los cargo conmigo. – Haz que aparezcan, aún tienes diez segundos –Egan no se inmutó, su mirada fría nunca se despegó de Macallan. Éste, desesperado, en un apuro corrió hacia la maletera de su auto y comenzó a registrar en una gran cantidad de cajas de cartón que tenía allí. Egan lo siguió de cerca, evitando a toda costa pisar o mirar los cuerpos en el suelo. Macallan sacó de entre las cajas unos minutos después un sobre gruesa y lleno de páginas, su frente sudando del esfuerzo. Egan dejó que Argus lo tomara y comenzara a inspeccionar su contenido–. Bien hecho, ¿ves que puedes hacerlo? No dudes nunca de tu capacidad –la voz de Egan no revelaba ni una chispa de motivación en ella, de hecho parecía estar carente de alguna emoción–. Ahora, lo último que quiero que hagas por mí, antes de dejarte ir, es que me digas que sabes sobre la muerte de Alyssa Ferrara. Macallan arrugó su cara, confundido. – Fue hace décadas, y yo en realidad no sé absolutamente nada de eso. Egan con brutalidad tiró del regordete cuerpo de Macallan contra su camioneta y con sus manos forzó su mandíbula hasta abrirla por completo. Metió el cañón de su pistola hasta la garganta del hombre y éste comenzó a hacer sonidos gluturales, pero Egan no se detuvo ni siquiera cuando las manos de Macallan lo arañaban y empujaban. Él era como una roca inamovible que buscaba encontrar al asesino de su madre. Lo único que logró detener a Egan fue la mano Argus en su hombro. – ¿Estás seguro que es esto? –Preguntó enseñándole todos los papeles que contenía el sobre–. Solamente hay unos documentos de adopción de hace dieciocho años. Dudo que esto sea realmente lo que busca tu tío. Tras oír esto, Egan apretó más la pistola en la garganta de Macallan antes de soltarlo para dejarle hablar. – ¡Juro que no sé nada de tu madre! –Gritó con frenesí–. ¡Y eso es lo único que tomé de tu tío! Pensé que eran unos planos de construcción y papeles de propiedad pero me equivoqué. Egan frunció su boca. – Sin duda está mintiendo –declaró–. Vacía todo lo que tenga en la camioneta, nos lo llevamos. – ¡No! ¡Espera, espera! –Las lágrimas empapaban el pálido rostro de Macallan–. Ya sé lo que Elian quiere, ya sé que es. Egan dio un paso atrás para dejarle buscar nuevamente en las cajas lo que sea que su tío realmente lo había mandado a buscar. Pero no se esperó que cuando Macallan girara de nuevo su cuerpo, lo que realmente tendría en su mano era un revolver que disparó contra Egan en un parpadeo. Él cayó al suelo, el pitido del disparo había reventado sus oídos. Y lo último que vio sobre sí fue el rostro de su madre, tan hermoso y casi tan joven como la última vez que la vio. Él creía que ya había olvidado cómo era realmente su voz, pero cuando la oyó hablar sintió que su pecho despertaba nuevamente con un latido tras otro y el aleteo de una emoción surgió de allí: amor. – ¿Señor Caruso, despertó? ¿Por qué era ella tan hermosa?, su acento es también particularmente adorable. – Soy la doctora Katya, señor. ¿Puede usted oírme?
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Índice
Capítulo 1 Una misión Capítulo 2 Plan fallido Capítulo 3 Una extraña llamada Capítulo 4 Pago de servicios Capítulo 5 Prometo no decir nada Capítulo 6 El jefe Capítulo 7 Completamente malvado Capítulo 8 Muy ruda appCapítulo 9 Aprende a hacer buenos negocios appCapítulo 10 ¿Qué tiene que ver mi madre? appCapítulo 11 Contrato de matrimonio appCapítulo 12 Por conveniencia appCapítulo 13 Si aceptas appCapítulo 14 Supuesta familia appCapítulo 15 Letras de un contrato appCapítulo 16 Un completo psicópata appCapítulo 17 Una señora casada appCapítulo 18 La segunda al mando appCapítulo 19 Acciones impunes appCapítulo 20 Cosas en común appCapítulo 21 Déjame dormir appCapítulo 22 Un desayuno para dos appCapítulo 23 La nueva clínica appCapítulo 24 Aléjate de mi esposa appCapítulo 25 Una extraña llamada appCapítulo 26 Está hecho appCapítulo 27 El portarretrato appCapítulo 28 El deseo de egan appCapítulo 29 Hermosa mujer appCapítulo 30 Simples preguntas appCapítulo 31 Sueños appCapítulo 32 Trabajo a discreción appCapítulo 33 Problemas a la puerta appCapítulo 34 Doble o más appCapítulo 35 Deja de empeorar todo appCapítulo 36 Poderosa appCapítulo 37 Una muerte appCapítulo 38 Casualidades appCapítulo 39 Mi mundo appCapítulo 40 Una tonta appCapítulo 41 Un parecido no muy parecido appCapítulo 42 Esperar appCapítulo 43 La noticia appCapítulo 44 Búsqueda de información appCapítulo 45 Venganza en bruto appCapítulo 46 Terror appCapítulo 47 Bari appCapítulo 48 Volver a casa appCapítulo 49 Molestia appCapítulo 50 Lo bueno y lo malo appCapítulo 51 ¿Qué sorpresa? appCapítulo 52 Una fiesta appCapítulo 53 Una pequeña distracción appCapítulo 54 Evidencia appCapítulo 55 Nido de mafiosos appCapítulo 56 Insinuaciones appCapítulo 57 Quiero explicártelo appCapítulo 58 El infierno congelado appCapítulo 59 La nueva integrante de la m appCapítulo 60 Termina lo que empiezas appCapítulo 61 No dudes de ello appCapítulo 62 Te amo appCapítulo 63 El miembro más importante de la familia appCapítulo 64 ¿Nueva conquista? appCapítulo 65 Bienvenida appCapítulo 66 ¿Estuviste causando problemas? appCapítulo 67 El problema real appCapítulo 68 El arma appCapítulo 69 Sin disimulo appCapítulo 70 Así suena mejor appCapítulo 71 Un martini para el señor anzola appCapítulo 72 La persona correcta appCapítulo 73 Sé que te duele appCapítulo 74 Igual que tú appCapítulo 75 Necesito que vuelvas appCapítulo 76 Será todo un infierno appCapítulo 77 El trato appCapítulo 78 ¿Mamá? appCapítulo 79 Hacen una linda pareja appCapítulo 80 Te vio appCapítulo 81 No he olvidado la promesa appCapítulo 82 Recompensa appCapítulo 83 Lección aprendida appCapítulo 84 Una más de la mafia appCapítulo 85 La reunión appCapítulo 86 Jerarquía appCapítulo 87 Haz lo que quieras, jefe appCapítulo 88 Secretos bajo tu nariz appCapítulo 89 Lista para irse appCapítulo 90 De vuelta a la clínica appCapítulo 91 Egan balbuceante appCapítulo 92 Dudas appCapítulo 93 Cosa de familia appCapítulo 94 Una pesadilla hecha realidad appCapítulo 95 Quiero respuestas appCapítulo 96 ¿Qué le ocurre? appCapítulo 97 Lo inesperado appCapítulo 98 Voy para allá appCapítulo 99 ¿Ya podemos hablar? appCapítulo 100 Quédate aquí appCapítulo 101 No más appCapítulo 102 Promesa appCapítulo 103 Menos a ella appCapítulo 104 Lo que importa appCapítulo 105 Motivos para irse appCapítulo 106 Ya no hay amor appCapítulo 107 Solo quiero hablar appCapítulo 108 Una razón para quedarse appCapítulo 109 La doctora tiene esposo appCapítulo 110 Vida color emoción appCapítulo 111 ¿Ya sabes quién fue? appCapítulo 112 Déjalo irse appCapítulo 113 La invasión appCapítulo 114 El documento de adopción appCapítulo 115 ¿Quién es alessia caruso? appCapítulo 116 Me carcome la culpa appCapítulo 117 Una muy buena explicación appCapítulo 118 No confío en ti appCapítulo 119 En el más allá appCapítulo 120 En camino appCapítulo 121 Bajo coacción appCapítulo 122 Una hija appCapítulo 123 Tengo miedo appCapítulo 124 Un milagro appCapítulo 125 Dispuesto a matar appCapítulo 126 Lejos de este mundo appCapítulo 127 Hasta no ver la sangre appCapítulo 128 Ella te amaba appCapítulo 129 Excusas que a nadie le importa appCapítulo 130 Promesas peligrosas appCapítulo 131 Nadie más appCapítulo 132 La historia se está repitiendo appCapítulo 133 Por ella appCapítulo 134 Pacto de por vida appCapítulo 135 Nuestra hija no tiene tiempo appCapítulo 136 Otro socio appCapítulo 137 Elián en la mira appCapítulo 138 De nuevo con nuestra bebé appCapítulo 139 Relación padre e hija appCapítulo 140 La heredera de los caruso appCapítulo 141 Un pasaje oculto appCapítulo 142 Una mala señal appCapítulo 143 El verdadero poder appCapítulo 144 Matar o morir appCapítulo 145 De nuevo en sus manos appCapítulo 146 Algo que resolver appCapítulo 147 Di la verdad appCapítulo 148 Corazón roto appCapítulo 149 Ángel vengador appCapítulo 150 Nueva vida appCapítulo 151 Preludio de un final digno appCapítulo 152 Noventa y nueve app
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