Capítulo 129 Excusas que a nadie le importa
Egan caminaba de un lado a otro del pasillo. Lucía frustrado y completamente enojado, amenazaba a quien sea que estuviese del otro lado de la línea en muchos idiomas. Ivan lo miraba desde una distancia prudente para no ser nuevamente el blanco para que Egan descargara su ira una vez más.
Pero cuando éste literalmente destruyó su teléfono con su puño y se sentó violentamente sobre una silla de la sala de espera, Ivan no tuvo más remedio que hablar con él.
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