Capítulo 109 La doctora tiene esposo
Egan y Katya duraron unos minutos abrazados, pero cuando ella se levantó del suelo y se sacudió la ropa, Egan la miró con un rostro preocupado.
– Entiendo que vamos a ir lento –expuso Egan–, pero no quiero que duermas aquí. Estoy quedándome en un hotel a tres calles: podría pedir una habitación para ti allí. Estaría más comoda, podría ayudarte más con el embarazo desde allá. Entenderás que no es común o, al menos, normal que un hombre adulto pase tanto tiempo en un monasterio que además es orfanato.
Obtiene más cupones de libro que los de la app Recargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread