Capítulo 81 No he olvidado la promesa
En lo que la puerta de la casa se cerró, Katya largó un fuerte suspiro. Egan se giró a mirarla a los ojos, pero Katya tenía la mirada perdida, desconectada. Así estaba desde lo ocurrido con Vanessa y ni siquiera la visita de su madre que no veía hace meses logró hacer que ella volviera a ser la risueña, valiente y temeraria Katya a la que él estaba acostumbrado.
Egan se dejó caer sobre el sofá, cansado y, por primera vez en su vida, derrotado. Katya estaba allí, justo frente a él pasando por el peor momento de su vida y él no sabía qué hacer para solucionarlo.
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