Capítulo 41 Un parecido no muy parecido
Egan no pudo sino reír al escuchar las ocurrencias, la inocencia y la vulnerabilidad de Katya bajo los efectos de las medicinas. En cualquier otra situación, Katya hubiese ocultado por completo sus pensamientos y sentimientos hacia Egan, él lo había comprobado el día anterior cuando ella se apartó de él como si se estuviese quemando bajo su tacto. Pero ahora, bajo los obvios efectos de las drogas medicinales, parecía ser una Katya tan tierna y libre que ni siquiera parecía ser la misma que unas horas antes.
Agachando su mirada para que ella no lo viera reírse y sonrojarse debido a su comentario. Egan comenzaba a notar su debilidad por Katya, así fuera por su bienestar, por sus chistes o incluso por su mera presencia. Ella se estaba volviendo un eslabón débil en todas las fortalezas que se había creado Egan para protegerse del mundo exterior. ¡Pero, oh, cuánto empezaba a gustarle aquella debilidad! Puede Katya fuese su nuevo talón de Aquiles, pero su sonrisa risueña o la forma en que sus ojos brillaban cuando estaba feliz era la nueva droga favorita de Egan. Bueno, más que droga, sería la nueva debilidad que Egan se permitiría en su vida.
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