Capítulo 39 Mi mundo
Katya fue declarada fuera de peligro cerca de tres horas después de la trasfusión de Egan y, gracias a ese anuncio, fue trasladada de la UCI a una habitación privada para ella y Egan solos, y le quitaron el ventilador para que respirara por su cuenta. Él literalmente pudo volver a respirar con normalidad al escuchar aquello, en verdad lo tranquilizaba bastante oír que ella estaría bien pronto. Así que Egan se encargó de quedarse a su lado durante toda su recuperación. Pasaron exactamente 13 horas, y Egan había limpiado al menos unas tres veces el rostro de Katya del sudor, apartando los cabellos que se le pegaban en la frente y manteniendo sus almohadas lo más acolchadas que podía, peinó también su cabello cuando las enfermeras se lo dejaron enmarañado por limpiarle la sangre seca. Tenía mucho cuidado al tocarla, por temor al mover sus intravenosas, y mantuvo siempre sus labios húmedos con agua para que no se le secaran.
Egan se mantuvo en todo momento al lado de Katya, acariciando su mano y cada hebra dorada que se desparramaba sobre la almohada, en busca de entender aquellos nuevos sentimientos que se colaban en el pecho de Egan Él había tenido muchas novias antes, la mayoría las conocía en eventos o fiestas elegantes a las que era invitado. Pero su relación no era más que una búsqueda de saciar necesidades: ellas estaban necesitadas de dinero y Egan de compañía. Al final, él las terminaba o despachaba porque ellas dejaban de mostrar interés más allá que a los regalos y demás cosas que Egan podía ofrecerles económicamente. Él creía que jamás llegaría a amar a nadie de nuevo, al menos no como amó a su madre. Y aquellas mujeres sabían que él nunca sería capaz de darle su corazón, y ellas estaban bien con eso. Pero Katya era completamente diferente: él no la había conocido en una fiesta lujosa, ella no buscaba su dinero y ella había esperado (o al menos en su rostro se denotaba a veces que albergaba una mínima esperanza) de que Egan llegaría a quererla algún día. Ella no anhelaba el poder, pero Egan igualmente se lo daba; ella ni siquiera anhelaba su dinero, porque no le había recordado a Egan su deuda con la tarjeta de crédito. Ella solamente quería cumplir su sueño de abrir una clínica, y Egan la admiraba por haber luchado tanto para obtenerla bajo cualquier costo.
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