Capítulo 82 Origenes de las penurias

El camino me pareció eterno, detalle esas casa, todas esas personas que seguían su vida sin saber que su gobernante prefirió que murieran y que encarcelo a sus salvadores, unas personas que andaban sin rumbo, sin motivo, caminando porque ven caminar, existiendo para comer, viviendo para dormir, trabajando para embriagarse. Un niño me mira sin saber que su vida pudo no ser plena, aunque eso que diferencia tendría, aunque tampoco me puedo creer que soy un ser especial que le doy sentido a mi existencia, de todas maneras los eones del universo borran a cualquier ser sin importar si dividió la historia de un mundo y porque no sería de esa forma, ya que incluso borra galaxias enteras, todo es un jardín donde convive la germinación y la podredumbre, todo germina y todo se marchita. Entramos a ese almacén, no me importa que los guardias son asesinados, voy con la mirada al frente cuál caballo de carroza, un científico me indica donde se encuentra ella, al fin la veo, aunque siento rabia de que la tengan en una gran pecera chuzada con varios cables.