Capítulo 50 Velocidad

Libia estaba usando su poder para remolcar a un barco pirata, El Napoleón era un barco carguero enorme y pesado, y ella usando su magia para controlar el agua nos deslizábamos a una velocidad que solo podría catalogar como imposible. Todos nosotros nos aferrábamos a las partes más sólidas de la embarcación para evitar caer al mar por culpa de la velocidad en la que nosotros nos movíamos, el viento golpeaba en nuestras caras tanto que algunos no paraban de gritar por lo asustados y confundidos que estaban, Libia era demasiado poderosa, nunca imagine que ella pudiera mover un barco como si fuera una simple tabla de madera, sin darnos cuenta ya estábamos a medio camino, en solo treinta minutos, nosotros ya habíamos recorrido el equivalente a cuatro días y cuatro noches navegando, pero, cuando me percató, pude ver que la mayoría de mis compañeros no se sentían bien, por eso, le grité a Libia que se detuviera un momento, para evitar que alguno de los bucaneros se enfermara o vomitara por la velocidad y la fuerza con la que éramos rápidamente remolcados.