Capítulo 6 Escoge lo que quieras, el mar invita
Al día siguiente, mis padres, ya muy interesados en Libia, no dejaban de insistir en que la trajera a la taberna, pero, bueno, no había que ser muy listo, para saber que eso jamás iba a pasar.
— ¿otra vez te vas Hijo? — me dice mi madre mientras me preparaba el desayuno.
— Sí, Libia y yo quedamos en reunirnos hoy. — respondí al ponerme mis zapatos.
— Tengo mucha curiosidad por esa chica, ¿Por qué no la invitas a esta noche a cenar en la taberna? Es gratis. — menciona mi padre mientras entraba a la cocina con la leña que se utilizaría hoy.
— Sí, quisiera conocerla. — menciona mi madre.
Si mis padres se dan cuenta que salgo con una sirena, sobre todo una sirena muy poderosa y mortal, me echarían de la taberna y después se morirían por un infarto.
— No creo que sea buena idea, Libia no es precisamente una chica que pudiera venir a este lugar… — dije.
— ¿Qué? ¿ahora resulta que sales con una mujer noble? — dice mi padre confundiendo mis palabras.
— Mas que noble, diría que ella nunca pisaría este suelo. — dije con sarcasmo al salir por la puerta de mi hogar.
— ¡espera Oliver! ¿no llevaras tú comida? — me dice mi madre al ofrecerme la comida que ella preparaba para mí y Libia.
— No hace falta madre, Libia insistió en que ella me iba a invitar a almorzar. — dije…
Después de lo que pasó ayer, cuando Libia intencionalmente se convirtió en una especie de creatura marina asesina y trató de asustarme con matarme, ella se sentía un poco culpable por ponerme a prueba y en una forma de disculpa, ella decidió invitar la comida.
Cuando llegué a la costa y bajé del bote, me quede sentado en la sombra de una palmera esperando a mi cita y después de unas cuantas horas, pude ver a Libia acercándose desde lo más alejado del mar a una velocidad impresionante, como si fuera un torpedo, ella después, salta a la playa y me saluda.
— Oliver… perdón por llegar tarde… — me grita ella mientras yo me levanté de mi descanso y corrí hacia ella.
— Wow, no esperaba que nadaras tan rápido, pero, después de lo que pasó ayer, no me sorprende mucho. — dije al darle un fuerte abrazo.
Libia, se aleja un poco y me pide perdón por lo que hizo ayer, pero a mí eso no me importaba.
— Ayer hice algo que no tenía lógica, pero, debía asegurarme realmente de que no tenías miedo de mí y que no me veías como una amenaza, por eso, te pido disculpas por mis acciones y me alegra que estés de regreso. — me dice ella bastante arrepentida bajando su cabeza.
— Libia, eres la sirena más hermosa y rara que jamás podría haber conocido, no te tengo miedo, pero, no vuelvas a intentar ponerme a prueba, porque prefiero la muerte a muchas cosas. — dije al tomarla de la mano.
— Es la primera vez que alguien me dice algo tan bello. — dice ella al verme a los ojos.
Ahora que las cosas estaban tranquilas entre los dos, Libia y yo, decidimos relajarnos nadando en el mar, yo era un buen nadador, pero, comparado con una sirena del Mar negro, yo era tan lento que Libia no paraba de burlarse de eso.
— HAHAHA… ¿Por qué eres tan lento Oliver? Necesitas mover más tus piernas… — se burla de forma irónica.
— Me gusta más relajarme con la marea, no soy un tritón. — le respondí mientras nadaba des espaldas.
— Mmmh… pues el mar es mi dominio, pero jamás me he planteado hacer eso… — me dice ella al acercárseme.
— ¿Qué cosa? — le pregunté.
— Eso, nadar de espaldas y de forma lenta, tal vez debería relajarme como lo haces tú.
Libia sin más hablar, se echa en el agua y no se mueve, dejando que sus pulmones se llenen de aire haciéndola flotar, pero graciosamente, Libia no sabía nadar de espaldas.
— Libia, solo estas flotando boca arriba, ¿Por qué no mueves tus brazos? — le pregunté al verla como si fuera un pez muerto.
A lo que ella me responde avergonzada.
— No sé… no se nadar de espaldas.
— ¿Qué? Eres una sirena. — afirmé.
— Jamás nadé de espaldas, siempre lo hacemos de frente, ningún pez nada de espaldas. — me dice ella molesta.
¿Así que las sirenas no saben nadar de espaldas? Todos los piratas temen a la presencia de las sirenas, pero, para mí, lo que estaba presenciando era demasiado tierno como para dejarlo pasar, así que, como un buen chico, me ofrecí para ser el instructor de Libia en el elegante arte del nado en posición contraria, o como sea que se le diga al nadar de espaldas…
— Ya veo, ¿quieres que te enseñe? — le dije al Libia al acercárseme a ella y posicionar mi cuerpo para nadar de espaldas.
— ¿un humano le enseña a una sirena a Nadar? Me siento humillada, pero, te daré el honor…
— Jaja… ven, te mostraré como puedes hacerlo. — dije.
Y aunque no lo crean, después de horas, Libia aprendió a nadar de espaldas, solo que, a diferencia de mí, ella cada vez que movía su cuerpo, una ráfaga marina la impulsaba como la bala de un cañón y eso fue increíble, ahora mi sirena, no solo podía nadar en el mar con la velocidad de una bala, si no que ahora podía hacerlo de espaldas.
— Wow… ¿Oliver, viste eso? — me presume Libia al desplazarse 20 metros con solo un aleteo.
— Si, ahora ya sabes nadar de espaldas. — dije felicitándola.
El tiempo pasó y decidí salir del agua, ya era tiempo de que este humano saliera del mar y descansara en la suave arena de la playa.
— ¿Hum? ¿estas agotado Oliver? — me pregunta Libia al saltar del agua y caer a la arena.
— Si, no doy más, aunque me agrada la idea de nadar con la chica que me gusta, estoy agotado y me está dando hambre… — dije bastante exhausto, de nadar.
— ¿la chica que te gusta?... ¿Quién es esa chica? — me pregunta Libia.
— Pues tú, creo que es bastante claro que me gustas ¿no es así? — dije…
Libia se veía especialmente sorprendida, ella pensaba que después de lo que hizo ayer, ya no me gustaría como mujer, pero, como siempre ella me subestimó.
— Bueno, no me esperaba eso, pensaba que después de ver mi otra forma monstruosa, ya no te iba a gustar. — me dice ella con el rostro ruborizado.
— Ah, descuida, no esperaba que pudieras transformarte en esa cosa o controlar el mar, ¿Cómo diablos controlas el mar? Las sirenas no hacen eso…
— Es un secreto, en fin, olvidé que es mi turno de preparar nuestro almuerzo, no te muevas, ya regreso. — me dice ella al entrar de nuevo al mar.
Claro, yo no traje nada de comer porque se supone que Libia me invitaría hoy como disculpa por lo de ayer, pero, un segundo… Libia es una sirena, ella solo usa un sostén, una diadema de plata y un collar azul, ella no tiene bolsillos ni bolsa, ¿Qué comida vamos a comer?
— Libia, pero, no tienes ni ropa, ¿Cómo vamos a comer si no traes…
Y de repente, pude ver una gigantesca pared de agua formándose literalmente frente a mí, la pared era como de seis metros, donde había peces, delfines, pulpos, caballos de mar, anguilas y demás, nadando como si fuera una exhibición en un acuario.
— ¿Qué demonios? — reaccioné sorprendido.
Y como si no fuera más que obvio quien era el culpable, Libia salé de esa pared de mar y se me acerca.
— Perdón, esto es lo mejor que te puedo ofrecer, Oliver. — me dice ella como si una pared de mar lleno de peces, mariscos y demás animales acuáticos, no fueran la gran cosa.
No lo podía creer, Libia acababa de sacar un montón de creaturas marinas y las exhibió en una pared de agua gigante solo para que yo escogiera que tipo de pez o marisco se me antojaba del menú que ella exhibía con el poder de su magia.
— Acabas de sacar un montón de peces y mariscos, ¿solo para comer? — dije.
— Si, no hay nada más que pueda ofrecerte, puedo manipular el agua, ¿Qué se te apetece? — me dice ella sin entender lo que le trataba de explicar.
No me mal interpreten, entiendo el gesto de Libia, era linda y solo quería que yo escogiera por así decirlo, mi platillo, pero, usar su magia de sirena y manipular una enorme cantidad de agua para mostrarme una gran cantidad de creaturas del mar, me parecía un tanto irresponsable, entendía que Libia podía manipular el Mar a su voluntad, solo que no me esperaba que ella me ofreciera el almuerzo como si fuera en un restaurante con pecera.
— Bueno, supongo que un pescado, estará bien… — dije…
— Muy bien…
Y de la nada, unos cuantos peces salen disparados de ese muro de agua flotante y caen a mis pies, pero, ese solo era el inicio del menú.
— ¿Qué otra cosa quieres, Oliver?, pide lo que quieras. — me dice Libia.
— ¿Qué? Pues, yo estoy satisfecho con solo comer pescado. — dije.
— Mmmhh… no lo sé, me gustaría que escogieras algo más, quisiera compensarte con un gran banquete por lo que hice ayer. — me dice mi sirena algo tímida y arrepentida.
Libia solo quería compensarme por lo que hizo cuando se convirtió en un monstruo, yo no quería nada por eso y el pescado era más que suficiente, pero, ella literalmente, doblego el mar para que yo escogiera mi comida, no podía ser grosero.
— Bueno, ya que estamos, me gustaría comer cangrejo y camarones. — dije…
— Salé orden… — dice Libia antes de hacer que el agua escupa los camarones y los cangrejos del agua.
Peces frescos, cangrejo, camarones, ya era suficiente, pero Libia, aun quería que yo tomara más comida.
— Bien, creo que con eso es suficiente para los dos. — dije.
— Cierto… ¿pero no quieres llevarte algo para tu casa? — me pregunta ella antes de terminar.
— ¿puedo llevar mariscos para mis padres? — le dije.
— Sí, pide lo que quieras, no tengo problema en darle peces al chico que me gusta. — me dice ella al guiñarme un ojo.
Ella es lo mejor que me pudo haber pasado, bien, acepté su oferta.
— Gracias, supongo que a mamá le gustaran las ostras con camarón y pulpo, mientras que a Papá le encantaran unos buenos arenques, con crustáceos. — dije.
— Entiendo…
Y Libia sin ningún problema, extiende sus manos y redirige el agua que estaba suspendido en el aire y hace que una gran cantidad de peces, camarones, pulpos, arenques y crustáceos, caigan exactamente sobre mi bote, llenando la parte trasera de mucha comida, lo cual no era necesario, pero Libia quería ser muy dulce conmigo.
— Bien, eso será suficiente comida para unos días… — dice Libia regresando los animales y el agua que ella saco del mar al… mar.
— ¿días? Es comida para unas semanas, no es necesario tanto. — le dije tímidamente a esa chica que podía manipular el agua como si nada.
Pero, Libia quería pagarles a mis padres por los pasteles que me daban para ella.
— Ya lo sé, esa comida es para que consigan dinero, los mariscos que deje en tú bote son de muy buena calidad, pueden hacer deliciosos platillos para vender en la taberna, intuyó que tus padres ganaran buen dinero. — me dice ella al sentarse en la arena y disfrutar del sol.
Como pescador, soy el primero en decir que ella tenía razón, la comida que estaba cargada en mi bote, era de muy buena calidad, rara vez en mi vida, pude ver peces y demás mariscos con tan buen tamaño y color, eran realmente algo que solo un rey podría conseguir.
— No tengo palabras para agradecer, Libia, eres muy linda…
— Solo lo mejor para ustedes, en fin, ¿comemos ya? — me dice ella al comerse uno de los camarones sin asar.
Bueno, era cierto que la comida ya estaba a mis pies, pero, no iba a comer peces ni otros animales crudos y mucho menos vivos, así que, debía cocinar.
— Olvidé que las sirenas no cocinan… — dije.
— Ah, claro… los humanos calientan su comida usando fuego, perdón, no sé cocinar, soy una sirena, no una humana, supongo que fracasé al querer darte de comer… — me dice ella avergonzada.
Yo solo me acerqué a ella y la besé, estaba tan agradecido por su gesto, que no podía resistir en cocinar, no para mí, si no para ella.
— Claro que no Libia, lo que hiciste por mí fue increíble, además, siempre he querido cocinar algo para ti estando aquí, así que, talvez tengas el poder de controlar el mar, pero, yo, tengo el poder de cocinar algo realmente delicioso que ni una sirena tan linda como tú, podría resistir, iré a buscar leña, no tardo… — dije…
Cocinar algo para Libia, no había nada mejor que pudiera desear.