Capítulo 34 Sólo podemos ser amigos
Finalizó la ceremonia de entrega de premios. Edgar se dirigía a la oficina en coche. En sus manos había gruesas hojas de información. La última página era una factura de reembolso. Entrecerró los ojos. Sus dedos repasaron los números. Miguel se sentó en el asiento del copiloto. Dijo en voz baja:
—Señor Rafart, tras la quiebra del Grupo Esposito, las deudas de Yamila Esposito han sido asumidas por la empresa. En otras palabras, usted es ahora su acreedor.
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