Capítulo 228 Plenitud familiar - mdtres
Ahora comprendo eso que dicen si tienen un hijo no puedes dormir, yo tengo cuatro, ya aprendí que el trasnochar no va de la mano con atender a los hijos, después de entregarle la bata de dormir a Lupe, mi marido y yo nos devoramos el cuerpo.
Eso me pasa por casarme con el rey del sexo, no podía quejarme, me encanta sentir sus manos en mi cuerpo, sus labios en mis lugares sensibles y su delicioso pene en donde desee meterlo. Era adicta a él. Pero por eso no puedo ser irresponsable y eso lo comprobamos, una vez terminamos queríamos acostarnos a dormir.
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