Capítulo 29 Me enseñaste algo
El gritó del señor Fausto fue abrumante. La música ya había terminado, Simón les pagó. Mi novio sonrió al darse cuenta de que él fue el tema de conversación con mi hermano.
—Gracias por cuidar de ella. —Se dieron la mano, papá estaba pálido.
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