Capítulo 102 Una nueva vida - mmdos
Inés se había quedado con el rosario en la mano mientras nosotros nos infiltrábamos en las bodegas de los Contreras, los jefes del llano, eran tres primos y dos de ellos eran una patada en el culo, muy problemáticos, unos hijos de puta y después de los Cárdenas los siguientes para ser los dueños y amos.
Nunca estuvieron de acuerdo con dejar de enviar mujeres a los burdeles de Europa y Asia, según ellos la vagina de una latina valía la plata y si era colombiana su culo era más apetecido. Malditas escorias, reconozco que soy un sicario, pero nunca he maltratado a una mujer y menos a unos niños, tuve una esposa maravillosa y lo mejor que me pudo pasar en la vida fue ser padre.
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