—¡Sí! ¡Sí!
Hilario sacó la llave de su bolsillo y abrió la cadena de las manos de Andrea. Ella le dirigió una mirada profunda. Hilario se asustó tanto que volvió a caer al suelo, temblando por todas partes. Andrea lo ignoró y arrastró su cuerpo exhausto por la ventana cuando no estaba nadie cerca.
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