Capítulo 120 La acompañante de Jocsán
Antonieta y Marisol miraron en esa dirección al mismo tiempo. ¡Sus rostros cambiaron! ¡¿Cómo pudieron Jocsán y Andrea aparecer ahí al mismo tiempo?! En los ojos de Marisol hubo un destello de celos. Esta pequeña zorra, ¡cómo pudo crecer en el campo y seguir teniendo un aspecto tan bello y encantador! En cuanto apareció, ¡atrajo tantas miradas! ¡¿No está causando problemas a propósito?!
En ese momento, Antonieta no podía preocuparse menos. Se dirigió a la puerta, aunque sabía que El Noveno Señor estaba presionando a la Familia Guadarrama. La más alta etiqueta en la clase alta era saludar con una sonrisa, y después de este incidente, no se atrevió a descuidar más a esta persona.
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