Capítulo 165 Cambié de opinión

—Jefe… Parece que la Señorita Guadarrama se marcha, ¿deberíamos seguirla? —Hernán preguntó con cautela. Jocsán recobró el sentido y su mirada se posó en la menuda figura que caminaba no muy lejos de allí… La luz oblicua del sol iluminaba su perfil, el rostro de la chica tranquilo y sereno. En un momento de trance, su rostro y su apariencia de dieciocho años se superpusieron. En ese instante, el hombre entendió de repente muchas cosas.