Capítulo 125 Deseo de cumpleaños
Andrea se dio la vuelta. En ese momento, ¡un atisbo de frialdad brilló en sus ojos! Se dio la vuelta, evitando la mirada de la multitud, y se dirigió a una pequeña habitación con una puerta semicerrada en la sala de conciertos. Esta pequeña puerta estaba muy escondida, solo Marisol la conocía, ni siquiera la pareja de los Guadarrama conocía este lugar.
No estaba nadie en la puerta, dentro se encontraba un hombre de cabello rubio y ojos azules, de unos cuarenta años, sentado frente a un piano, tocando con gran concentración y absorción. Sí, se fijaba bien. El sonido del piano se transmitía a través de un altavoz.
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