Capítulo 96 Conociendo a su prometido

—¿De qué está hablando la Señorita Andrea? —Zoila sonrió y dijo—: ¡Todo esto es idea de la señora! Si tiene alguna queja, ¡debería planteársela a la señora! —Unos minutos después. El auto se detuvo frente a una cafetería. Zoila Lacerda ordenó a alguien que ayudara a Andrea a salir del auto y no pudo evitar decirle—: ¡Señorita Andrea! La señora le brindó una gran oportunidad. Debe seguir las instrucciones de la señora. De lo contrario, no podrá marcharse hoy. —Ante la fría mirada de Andrea, Zoila rio aún con más alegría—. ¿Por qué me mira así? No se preocupe. Aunque mi sobrino es un poco mayor, ¡sabe tratar bien a la gente! Si vive bien con él, ¡la tratará como a un tesoro! Andrea la miró. Sin más remedio que seguir la amenazadora mirada de Zoila, se dirigió hacia la mesa designada en el café. En ese momento. Estaba un hombre sentado a la mesa, con el cabello grasiento y atado hacia atrás, los labios gruesos, morados y los vellos de la nariz rebeldes. Los ojos de Daniel Figueroa se iluminaron en cuanto vio acercarse a Andrea.