Capítulo 76 76
La luz del sol que se filtraba por un pequeño agujero en la pared se desvaneció, indicando que la noche había caído. El sonido de pasos me distrajo, y pronto apareció un hombre alto, de cabello rubio casi blanco y ojos cafés. Me observó detenidamente antes de entrar a la celda, trayendo un plato lleno de frutas. Lo miré fijamente, notando al instante que no era un lobo. Mi cuerpo entero se puso en alerta.
—Soy Graham, líder de las tropas del sur. Eirik me ha pedido que te alimente y proteja hasta que los niños regresen —dijo.
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