Capítulo 461 La mujer del jefe
Jorge le apretó el brazo no herido contra la cama, entrelazando los dedos con los de ella con fuerza. Se recordó a sí mismo que no debía preocuparse. Ahora, ella era Isabella, y su alma permanecía a este cuerpo. Este beso duró más que los que compartieron cuando ella regresó de Montecristo, en la sala de boxeo, o las dos veces en el auto antes de ir a Antara.
Jorge siempre se había sentido orgulloso de su capacidad para entender y aprender con rapidez en diversos campos. Siempre era capaz de resumir sus experiencias y captar rápido lo esencial en un solo intento. Aplicó todo su talento a Isabella, asegurándose de que lo supiera.
Obtiene más cupones de libro que los de la app Recargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread