Capítulo 928 Mi apuesto esposo
La mujer frunció los labios. Aunque se sentía incómoda, no le importaba porque el hombre era apuesto y amable con ella, así que dejó de forcejear. "Creo que..." Levantó la vista y examinó cuidadosamente el rostro del hombre. "Tú eres el mayordomo aquí, ¿verdad?" Dámaso levantó las cejas. "¿El mayordomo?"
"Sí." Camila sonrió. "Eres joven y talentoso, y parece que todos te escuchan. Por lo tanto... deberías ser el mayordomo contratado por el dueño de la casa." Dámaso se dobló de la risa. "¿Por qué no piensas que soy su hijo?" La mujer parpadeó en silencio. "Porque no te pareces a ellos..." Dámaso sacudió la cabeza exasperado. "Esa es una buena explicación."
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