Su mirada rodeó el salón y al final se posó en Camila. Camila también le estaba mirando. Sus miradas se cruzaron e Ian frunció las cejas antes de acercarse a toda prisa. Levantó el pantalón de Camila y examinó la herida de la parte inferior de su pierna.
—¿Por qué fuiste tan descuidada? —le reprochó el hombre mientras abría el botiquín antes de atender con cuidado la herida de Camila.
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