Capítulo 413 Se encargó de la lástima
—Yo... —Camila permaneció inmóvil junto a la puerta, sin que le afectaran las súplicas de los demás.
La lluvia caía sobre la ciudad implacable y despiadada. El agua subió y llegó a la cintura de Camila. Sin embargo, permaneció de rodillas, inmóvil. Jacinto había reunido a casi todos los aldeanos de la ciudad para tratar de convencerla. Pero ella permaneció firme arraigada a la tierra.
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