Capítulo 368 Pesadilla
—Si... —Camila temblaba, sintiendo aún los efectos persistentes de la pesadilla—. ¡Soñé que el tío Santana se quemaba vivo en un incendio! —Las lágrimas resbalaban por sus mejillas—. ¡Pero él no me dejaba salvarlo, diciendo que era su destino!
Se secó las lágrimas y tomó el teléfono para llamar a Eulalio. Sin embargo, en cuanto la llamada se conectó, colgó rápidamente.
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