Capítulo 229 Necesito crecer
Dámaso sabía que no había forma de disuadirla una vez que Camila se había propuesto algo. Sin embargo, como hombre, no podía soportar presenciar cómo su amada se enfrentaba al diluvio de aquellos rumores. No temía los juicios ni el juicio de los demás. Su único temor era verla herida.
—Creo que puedes protegerme y que lo harás —afirmó Camila. Apretó con suavidad los labios, le rodeó el cuello y le besó los labios con ternura.
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