Capítulo 39 Aliméntame
Pero Por fortuna, Erica se sintió intimidada por lo que Camila había dicho. Camila se apoyó en el gran árbol. Mantuvo la calma e intentó tranquilizarse durante un buen rato antes de guardar el móvil y marcharse. Al ver que Camila regresaba a la villa, una mujer en un rincón del jardín, con una mueca de desprecio en la comisura de los labios, guardaba con frialdad el bolígrafo de grabación entre sus manos.
—Como era de esperar, es por el dinero.
Obtiene más cupones de libro que los de la app Recargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread