Capítulo 5 Un pequeño demonio

Merrick, en tan sólo un segundo, se queda por completo paralizado cuando sus ojos se encuentran con los de Iris, los cuales son de un color gris claro, casi blancos, su cabello blanco por completo y su piel como alabastro. Su corazón comienza a latir aceleradamente, esto no la ha pasado con ninguna mujer durante esos dieciséis años y por lo mismo sabe que debe mantenerla alejada de él. —Bien, ya que se conocen y se han presentado formalmente, ahora les pido que suban a sus caballos y continuemos nuestro camino a Maverick. Lucía camina con decisión a su caballo, se monta en él y espera a que los magos hagan exactamente lo mismo. Iris vuelve a subirse la capucha y se dirige a su caballo. Merrick, algo aturdido, sigue los pasos de ésta sin dejar de pensar en que sólo desea se termine todo esto lo antes posible, para recluirse en su habitación del castillo. En poco tiempo llegan a Maverick, en donde dejan a los caballos descansar y el alcalde de aquel pequeño pueblito los espera con un lugar para que puedan montar sus tiendas, además de comida y agua para todos. Se arman diversas fogatas y la principal es donde está sentada Lucía junto al general y también Iris. Merrick, en cambio, se queda atrás en las sombras, alejado de todos ellos, pero aun así escucha lo que están hablando. —De ahora en adelante es muy importante que todos mantengan los ojos bien abiertos —Dice Iris con expresión sombría—. Debe considerar general que hoy ha tenido suerte sólo porque dos seres mágicos han ido con ustedes, aunque en realidad el mérito es todo de Merrick, puesto que fue él quien se dio cuenta primero de la emboscada que nos esperaba en el camino. —Un error mío de salir tan tarde del castillo —se disculpa el general—. Pero ya no será así, desde mañana las jornadas de caminata serán sólo hasta la puesta del sol, de allí en adelante, acamparemos en donde sea que nos encuentre el fin del día. —Creo que también es necesario que un pequeño escuadrón se adelante para revisar los lugares aledaños a los caminos —le dice Lucía, mientras juega con un palo en el fuego—. De esta manera estaremos prevenidos. El general asiente y todo se vuelve un silencio profundo, hasta que de la nada Iris comienza a cantar una de las antiguas canciones que cantaban los primeros hombres en Avarnia. Merrick levanta la mirada para verla con los ojos abiertos, está realmente sorprendido, aquella mujer que lo exaspera por completo ha resultado ser una caja de sorpresas. La dulce melodía que la hechicera interpreta llena a todos de un aliento especial. Lucía se disculpa, se pone de pie y se va a un costado de Merrick, allí se acomoda para dormir, pero antes de hacerlo con una sonrisa y sin abrir los ojos, le dice al mago. —Aquella mujer exasperante, esa hechicera que tan mal te cae, te ha dejado con la boca abierta, ¿eh? —No sé a lo que te refieres, princesa —intenta él mantener la reverencia, pero eso a Lucía le vale gorro. —Merrick, que no se te olvide que los dos tenemos una conexión especial, casi como si fuésemos gemelos. Esta joya que me protege también me hace sentir lo que tú sientes si ambos estamos cerca. Y sé perfectamente lo que sentiste cuando viste que ella se bajó la capucha. —No sé de qué hablas. —Sigue haciéndote el tonto. Pero entiendo perfectamente cuál es tu desesperación ahora de mantenerte alejado de ella y te prometo que haré todo lo posible para que así sea, porque no me gustaría perderte Merrick, eres el mejor amigo que tengo. La princesa abre los ojos y mira su amigo con una sonrisa, este asiente levemente y ella vuelve a su posición original. En pocos segundos y dejándose llevar por la dulce melodía que está entonando Iris se deja ir en un sueño que le ayuda a descansar mucho mejor. Muchos de los soldados hacen exactamente lo mismo y descansan de la misma manera. Sólo aquellos que fueron llamados para cumplir con la guardia nocturna se mantienen despiertos. Y, por supuesto, también Merrick. Comienza a caminar por el borde del muro, revisando cualquier debilidad que pudiese tener la ciudadela. Unos pasos tras él lo alertan y sostiene con fuerza su báculo, pero no detiene su marcha. Segundos después, un suave aroma a azahares llega a su nariz y se da cuenta de que es Iris. —Deberías estar descansando, hechicera, la madrugada es para los adultos. —Bien, lo dijiste mago, para los adultos, no para los ancianos —Merrick deja escapar un gruñido y ella sólo se ríe. Se gira para enfrentarla y se da cuenta de que ella va pasando la mano por la pared dejando una huella de luz en el lugar que se va extendiendo poco a poco hasta lo más alto del muro y desapareciendo en segundos—. Magia de las primeras discípulas de Marla, este es un hechizo sencillo pero inquebrantable. Sólo la magia oscura sería capaz de derribar estos muros. —Interesante ¿cómo una niñita como tú sabe tanto? —Debe ser porque soy la hija de una hechicera —sonríe ella con suficiencia—. Además, es la mentora de todas las discípulas de Marla, pero sobre todo porque comencé a leer los libros de magia a partir de los cuatro años, al tiempo que mi madre me enseñó a leer. Cuando en realidad las discípulas recién comienzan a los diez, porque recién a esa edad son aptas para recibir los conocimientos de magia. —No sólo ustedes, todos saben que a partir de los diez años recién se le puede enseñar a un niño acerca de la magia —ambos se detienen e Iris se ríe al ver la expresión de Merrick. —Dice mi madre que mis ojos al nacer eran de un azul profundo, tan hermoso como el mar y mi cabello era negro como el azabache, pero mi aspecto comenzó a cambiar en la medida de que fui adquiriendo conocimiento. Es por eso por lo que me cubro, porque muchos creerían que yo soy en realidad la mentora, pero sólo sigo siendo un aprendiz que sabe más que las otras. —Entonces, ¿tu irreverencia es de nacimiento? —pregunta Merrick con sarcasmo e Iris se ríe. —¿Por qué me consideras irreverente, mago Merrick? ¿Sólo porque soy frontal y no me quedo callada? —Sí puede ser… Y porque no veo que le demuestres ninguna cortesía a la princesa. —Tú tampoco lo haces y nadie dice nada sobre eso. ¿Acaso es porque eres hombre? —se mofa ella, Merrick rueda los ojos y sigue caminando. —La princesa es mi sobrina, además del vínculo que nos une. —Sí, conozco la historia. Aún estaba en el claustro cuando nos llegó la noticia de que alguien quiso atentar contra la vida de la princesa… una bruja que quiso hechizarla para que nunca se pudiese enamorar, pero tú te pusiste en medio de ella y el hechizo y lo recibiste por completo… ¿No te da miedo un día encontrar una mujer que haga que ese hechizo se convierta en realidad? —No, porque soy cauteloso, procuro mantenerme alejado de todas. —Pero no te has alejado de mí —Iris está mirando el muro y Merrick sólo mueve la cabeza desesperado por aquella mujer. —Es porque difícilmente a ti puedo considerarte una mujer —Iris se detiene en su caminar y Merrick se voltea para ver la expresión de la muchacha—. Más bien te considero como un pequeño demonio que ha venido a revolver el gallinero y que quiere dejarme sin trabajo. —No me atrevería… nadie, podría dejar sin trabajo al gran mago Merrick. Si me preguntases a mí, yo jamás en mi vida recibiría un hechizo por nadie. Ni siquiera por mi madre, que es la persona que más amo en este mundo. Si ese es su destino, entonces que así sea. —Qué bueno que no soy tú —Merrick sigue su camino, sin darse cuenta que termina sirviendo de guardia para aquella mujer, mientras que Iris sigue con su tarea. Luego de asegurar a la ciudadela, ambos regresan al campamento. Ya casi es hora de partir y ambos se suben a sus caballos. Lucía se pone de pie un tanto somnolienta, pero sin quejarse, monta su caballo y parten de allí sin saber qué les depara el camino.
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Índice
Capítulo 1 Prefacio Capítulo 2 Una hechicera misteriosa Capítulo 3 Una mujer molesta Capítulo 4 Iris de marla Capítulo 5 Un pequeño demonio Capítulo 6 La marca de la maldición Capítulo 7 Un mago que rehúye la mirada Capítulo 8 Un ataque a traición Capítulo 9 Una hechicera preocupada Capítulo 10 La debilidad de merrick appCapítulo 11 Una hechicera dispuesta al sacrificio appCapítulo 12 Conspiración appCapítulo 13 Pensando en iris appCapítulo 14 Una sonrisa resplandeciente appCapítulo 15 Los celos de iris appCapítulo 16 Un amor sin esperanza appCapítulo 17 Demostración de amor verdadero appCapítulo 18 Un beso de amor appCapítulo 19 Entre el deber y el amor appCapítulo 20 Un riesgo por amor appCapítulo 21 La teoría de la intimidad en práctica appCapítulo 22 Es un hasta luego appCapítulo 23 Un mendigo en el camino appCapítulo 24 Los traidores de avarnia appCapítulo 25 Batalla por zondeya appCapítulo 26 Un aliado valioso appCapítulo 27 Lo que sea por un mensaje appCapítulo 28 La visión secreta de lucía appCapítulo 29 Una balsa en la oscuridad appCapítulo 30 Una noticia inesperada appCapítulo 31 Tras los pasos de iris appCapítulo 32 Llegada a mundo oscuro appCapítulo 33 Castor el brujo appCapítulo 34 Un sacrificio a raven appCapítulo 35 Una profecía tranquilizadora appCapítulo 36 El primer libro appCapítulo 37 Prisioneros appCapítulo 38 Secretos y jugadas sucias appCapítulo 39 El poder de raven appCapítulo 40 Un mago que no necesita invitación appCapítulo 41 Una hija de raven appCapítulo 42 Un hechizo que conoce appCapítulo 43 Iris, la intocable appCapítulo 44 Un padre celoso appCapítulo 45 Una persona especial appCapítulo 46 Regreso a casa appCapítulo 47 Tú quieres otra cosa y no es un beso appCapítulo 48 Saber reconocer el amor appCapítulo 49 ¿Confías en mí? appCapítulo 50 El cónclave de los dioses appCapítulo 51 El sueño eterno appCapítulo 52 Te amo appCapítulo 53 Aprovéchenlo appCapítulo 54 El espacio para una pileta appCapítulo 55 Elowen appCapítulo 56 Una familia feliz appCapítulo 57 Una boda mágica appCapítulo 58 Un niñero desparramado appCapítulo 59 Una familia perfecta appCapítulo 60 Epílogo app
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