Capítulo 212 Me tengo que ir
Gregory la observaba de cerca, no había momento en los que su prometido no dejara de observarla desde el incidente en el departamento de su padre, no dejaría de mantener su atenta mirada en ella. El italiano hasta se atrevió a contratar a un par de hombres que la seguirían a todos lados, a partir de ahora Chiara no contaría más con su confianza.
En la mente de Gregory aún persistían las imágenes que se dieron frente a sus ojos esa noche, imágenes que le serían muy difíciles de borrar, recuerdos que solo hacían que la ira en contra de su padre incrementara, y la desconfianza en la mujer que sentía por momentos amar y odiar se hiciera más presente.
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