Capítulo 18 Desgracia

El nuevo día había llegado y yo estaba aprovechando mi estadía aquí, luego de desayunar sola, porque no sabía el paradero de Damián, había decido recorrer el lugar, solo me tomo media hora encontrar la hermosa cascada en la que me encontraba, el lugar era tranquilo y respirabas paz y tranquilidad, lo que ahora necesitaba. Observo a mi alrededor y al ver que me encuentro sola, me atrevo a retirar mi ropa y entrar al agua, necesito un descanso y ese lago hermoso y azul me llama a gritos, poco a poco entro en ella y me sumerjo para nadar un poco, en cuanto salgo a la superficie una fuertes manos toman mi cadera, asustada me remuevo para voltearme y alejar ese cuerpo pegado detrás de mí. —Tranquila сирена, soy yo—mi cuerpo se relajó, al saber que era Damián, pero no duro nada al recordar que estaba en ropa interior, por lo que me aleje rápidamente