Capítulo 30 Tan pervertido
Su boca se abrió en shock, y la mirada de Stefano bajó rápidamente, su manzana de Adán moviéndose mientras tragaba saliva. Leah cerró inmediatamente los labios, conteniendo la respiración.
-O más besos-, agregó, su voz bajando ligeramente. -Si el trabajo lleva más tiempo y requiere más esfuerzo. Haré todo por ti, incluso bañarte si es necesario.- Su tono estaba impregnado de desesperación, como si esos inocentes ojos azules tuvieran el poder de hacer que hiciera cualquier cosa.
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