Capítulo 34 Complaciéndola
Ella intentó apartar la cabeza. -¿Qué estás...?- Pero Stefano la interrumpió, capturando sus labios en un beso profundo y exigente, tragándose el resto de su protesta.
Su cuerpo se tensó cuando el pánico la invadió, pero rápidamente fue superado por el shock cuando sintió sus manos contra su piel desnuda. Antes de que pudiera reaccionar, su grueso dedo se deslizó en su apretada entrada, robándole el aliento. Un agudo gemido escapó de sus labios mientras él comenzaba a moverse con una precisión constante e implacable.
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