Capítulo 57 Salir de noche
Cuando Leah no respondió y siguió jugueteando con sus dedos, Stefano agarró su mano. -Te lastimarás la mano de nuevo, amore mio-, le reprendió en un tono frío. Luego, metiendo un dedo bajo su barbilla, la levantó suavemente y presionó, -Dime, ¿qué pasa ahora?
-Yo... no tengo nada elegante para ponerme-, admitió, mordiéndose el labio avergonzada.
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