Capítulo 128 Un atisbo de esperanza
El Alfa avanza pensativo; ahora entiende a su padre cuando le dijo que pusiera a su hermana en las cuevas de plata. Su poder lleva tantos años restringido que está a punto de explotar al salir. ¡Tenía que haberle dedicado más tiempo! Se reprocha mientras piensa en la mejor manera de ayudarla. El problema de su Luna lo ha tenido muy ocupado. ¿Estará bien? Se pregunta y decide comunicarse con ella:
— ¡Mi luna, mi luna! ¿Dónde estás, mi Luna? ¿Duermes todavía?
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