Capítulo 75 No tengo nada que objetar
Jefferson mantuvo una expresión severa, sin prestar atención a nadie de la Familia Yardley, excepto a Félix. A Tiffany y Ninette les resultaba imposible acercarse a él. Incapaz de recabar información, Tiffany se dio por vencida. Le dijo a Ninette que se cambiara de ropa mientras ella empezaba a mezclarse con las demás señoras adineradas. Sin embargo, a estas señoras acomodadas no les gustaba mucho conversar con Tiffany. La percibían como alguien de bajo estatus social y carente de refinamiento.
Los rumores decían que no era más que una amante que se abrió camino hasta la cima. Su única habilidad parecía ser seducir a los hombres, y no tenía ningún talento real del que hablar. Solo gracias a la influencia de la Familia Yardley la gente la halagaba. Sin embargo, Tiffany no se daba cuenta. Disfrutaba mucho de esos halagos. Se esforzó mucho para entrar en la Familia Yardley, y todo para disfrutar de estos privilegios. Con entusiasmo, entablaba conversación con las acaudaladas damas.
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