Capítulo 8 Preparando mi huida
Me quedé sin saber que decirle a Kevin y a su hermana, no comprendía porque su hermana era tan fría y tan malvada, cuando lo único que yo quería era ver crecer a mi hijo. Hubiera sido más fácil para mi y mi bebe decirle a todo el mundo la verdad, pero yo estaba sola y sin nadie quien me pudiera decir que hacer y ayudarme con mi bebe, pero aún faltaba para poder tenerlo en brazos y sabía que no podrían separarme de mi hijo por muchos documentos que me hicieran firmar.
— Bueno si me perdonáis, estoy cansada y quiero volver a mi dormitorio — les dije levantándome del sofá.
Me marché a mi dormitorio y cuando entré cerré la puerta mientras las lágrimas caían por mis mejillas, me senté en la cama poniendo mis manos en mi vientre como protegiendo a mi hijo contra los malvados de Kevin y su hermana. Me tumbe en la cama quedándome dormida,me desperté sintiendo unas manos acariciando mis piernas despertando sobresaltada
— Tranquila mi amor, soy yo Kevin, estás preciosa cuando duermes — me dijo buscando su boca la mía
— Kevin por favor, vete y déjame sola, no quiero ver a nadie — respondí
— Te deseo Alice, quiero contigo — respondió mientras me daba suaves mordiscos en el cuello
Mientras nos besabamos, nuestra ropa fue desapareciendo tirándola al suelo hasta quedarnos los dos completamente desnudos. Sus manos se deslizaron hasta mis pechos, amasándolos suavemente, siguió bajando acariciando mi vientre hasta llegar a mi sexo, acaricio mi clítoris haciendo que abriera mis piernas, bajo su cabeza hasta mi ya hinchado clitoris sintiendo su lengua mientras yo arqueaba mi espaldas agarrandome con las manos a las sabanas
— Quiero tu orgasmo en mi boca Alice, te amo pequeña lo sabes, dame ese orgasmo que tanto deseas tener .--- me dijo
Dos de sus dedos los introdujo dentro de mí, sacándolos y metiéndolos con cierta rapidez, sin separar su lengua de mi sexo, sentí como una descarga eléctrica recorría desde los dedos de mis pies hasta mi cabeza, dando un grito sordo en el mismo momento que tuve mi orgasmo. Se incorporó cogiendo mis caderas con sus manos poniendo mi cuerpo al estilo perrito encima de la cama, me cogió de las caderas y sin más palabras introdujo su miembro dentro de mi de una sola embestida, siendo sus movimientos cada vez más y más fuertes, haciendo que yo gimiera tan fuerte cuando me dio mi segundo orgasmo que pensaba que me iba a quedar sin poder hablar durante tiempo, dejándome mi cuerpo tembloroso, hasta que escuche a Kevin gemir en mi espalda cuando se corrió, puso su cabeza en mi espalda. Recuperamos un poco el aliento Y nos tumbamos en la cama rodeando Kevin mis hombros con sus brazos,
— No te preocupes por lo que mi hermana te diga, no dejaré que nadie te separe de nuestro hijo Alice — me dijo
— Ella está muy segura, temo por nuestro bebé Kevin, no creo que me deje quedarme en la casa cuando nazca — respondí
— No te preocupes preciosa, yo soy el padre de nuestro bebé y mi hermana tendré que aceptarlo — me dijo
Nos levantamos de la cama para entrar en el cuarto de baño y ducharnos escuchando antes de entrar la voz de Dory llamando a Kevin, se vistió rápidamente y dándome un beso en la frente se marchó de mi dormitorio. Entre en el cuarto de baño, abri los grifos dejando un poco más caliente el agua, ya dentro de la ducha deje caer el agua por mi cuello y espalda sintiendo más relajada, termine de ducharme y cuando sali cogi el albornoz que colgaba de la puerta para ponermelo, me marché del cuarto de baño acercándome hasta la terraza, me senté en uno de los sillones dándome cuenta que Lucy, Kevin y Dory estaban en el jardín, Dory estaba sentada encima de las piernas de Kevin mientras él la besaba y la acariciaba, pero unos unos segundos después él miró la terraza donde yo estaba cruzando los dos nuestras miradas sin dejar Kevin de acariciar a su prometida por donde se le antojaba a él, haciendo que ella se riera
Me levanté de la silla de la terraza entrando en mi dormitorio, me quite el albornoz y cogi del armario ropa para ponermela, me senté en la cama viendo dentro del armario una maleta pequeña, cogi de la mesita mi movil y llame a mi nona que estaba en lo que era nuestra casa de vacaciones, marque su número de teléfono contestándome ella misma al segundo toque.
— Hola Alice cariño ¿cómo estás? — preguntó
— Hola nona, ¿han ido mis padres a la casa? — dije
— No, pero Alice ¿qué te pasa? noto mucha tristeza en tu voz cariño — me dijo
— Nona necesito ir unos días, pero no se tiene que enterar nadie, por favor — le dije con la voz entrecortada
— No te preocupes cariño, pero dime que te pasa, me tienes preocupada — me dijo
— Ya hablaremos cuando yo llegue, por favor cómprame un billete para Miami y me mandas por mensaje el vuelo y la hora y por favor nona, no se lo digas a nadie — dije
— No te preocupes cariño, ahora mismo te mando el mensaje y por favor Alice, cuidate y cuida de mi nieto – dijo y colgamos la llamada.
Pocos minutos después de hablar con mi nona, recibí un mensaje como le pedí con la hora que salía el avión de Kansas hacia Miami y el número de vuelo. Estuve mirando varias veces por la terraza a Dory y a los demás mientras preparaba un pequeño equipaje guardándolo todo en el armario para no levantar sospechas.
. Por la noche nos reunimos los cuatro en el comedor para cenar, poniéndome nerviosa Lucy la hermana de Kevin porque no dejaba de mirarme, como si supiera que esa sería mi última noche en esa casa.
Después de cenar me fui a mi dormitorio, entre en el cuarto de baño para cepillarme los dientes y hacer mis cositas, volví al dormitorio, me quité la ropa poniéndome un pijama corto ya que hacía calor, pero cuando me iba a tumbar en la cama para dormir, escuche como tocaban a la puerta, me acerque a ella y abriendola vi a Lucy de pie al otro lado.
—¿Puedo pasar? — me preguntó
— Sí claro ¿qué quieres? — pregunté apartandome de la puerta para dejarla entrar
— Quiero regalarte una cosita, es insignificante pero el favor que le estás haciendo a mi hermano y a su prometida es muy grande y quiero que aceptes esta pulserita de oro, para que veas mi buena fe contigo — me dijo
— Lo siento Lucy, pero lo hago por mi amiga solamente, no creo que lo merezca — le dije
Lucy me cogió la mano poniéndome la pulserita en mi muñeca, era preciosa, de oro y un pequeño diamante en una pequeña plaquita que llevaba, una vez que ya la tenía puesta, Lucy rodeo mis hombros para abrazarme, respondiendo a su abrazo yo también.
— Bueno te dejo descansar, hasta mañana Alice — me dijo marchándose de mi dormitorio
Me quedé mirando la pulsera que me acababa de regalar la hermana de Kevin sin darme cuenta de que la puerta de mi dormitorio estaba abierta, fui a cerrarla cuando escuche a Lucy hablando con alguien por el móvil.
— Ya está, avisame y no te duermas — la escuche
Cerré la puerta de mi dormitorio sin darle mucha importancia a lo que acababa de escuchar. Ya muy de madrugada, me levante a oscuras, cogi la ropa que tenia encima de un sillón, me quite el pijama para vestirme, saque sin hacer ruido la pequeña maleta que deje preparada en el armario, cogi los zapatos, mi bolso y la maleta, abri la puerta de mi dormitorio marchándome hacia la puerta de la calle, una vez fuera me puse los zapatos y por los sitios más oscuros para que nadie me viera, busque un taxi. Subí al primer taxi que pare le dije al conductor que me llevara al aeropuerto, una vez llegamos y le pagué, me acerque a recepción fijándome que faltaban minutos para que mi vuelo despegara, pase por la puerta de embarque con destino a Miami, donde me esperaba en el mismo aeropuerto mi nona con la limusina de mis padres dejaron para su servicio cuando fueran a la casa de Miami
— Nona — grite cuando la vi en el aeropuerto, corrí hacia ella abrazandonos las dos llorando
— Ya estás conmigo cariño y no dejaré que nadie te haga daño, cálmate que no es bueno para tu hijo — me dijo acunándome
— Nona gracias por lo que has echo por mí, no sabes lo mal que lo estoy pasando — respondí mientras las lágrimas caían por mis mejillas
— Vamonos a tu casa y allí me cuentas, ya tu madre me llamó cuando tu padre te echo de su casa y algo me contó, pero calmate primero mi cielo — me dijo
El chofer como me conocía me saludó cuando nos acercamos a la limusina, nos abrió la puerta del vehículo sentándose él en el asiento del conductor. En la limusina y de camino hacia la casa, abrazaba a mi nona mientras ella acariciaba mi pelo y secaba las lágrimas que me iban cayendo por mis mejillas. Ya en la casa me hizo una infusión para calmar la ansiedad que yo tenía en ese momento. Sentadas en el sofá le conté todo lo que había pasado con Kevin, con mi padre y con la Lucy la hermana de Kevin, poniendose ella sus manos en su cabeza sin poder terminar de creérselo.
Se hizo de día estando las dos sentadas en el sofá hablando, cuando de pronto empezó a sonar su móvil, lo miró para ver quién le llamaba, mirándome a mí mientras le cambiaba el semblante de su cara.
— Dime Kevin – la escuche decir
— No, Alice no está aquí, ¿qué le ha pasado a mi niña? — dijo poniendo el manos libres del móvil
— No le ha pasado nada, sé que está en Miami, mi hermana le regaló una pulsera con GPS, no me mientas nona, dile a Alice que hoy mismo iré a por ella y que no siga huyendo de mí, nona Alice firmó unos documentos que la obligan a estar en mi casa, dile que no me obligue a ponerlo todo en manos de abogados ya que sería peor para ella — escuche a Kevin,
Nos quedamos mi nona y yo mirándonos, mientras yo intentaba quitarme la pulsera de mi muñeca y ella terminaba la llamada con Kevin.
— Tengo en el garaje la herramienta, ven conmigo — me dijo cogiéndome de la mano
Fuimos al garaje, mi nona estuvo buscando una herramienta que pudiera cortar el metal de la pulsera, cuando la encontró la trato de romper sin ningún éxito, teniendo que llamar al chofer para que la ayudara y poder romperla, una vez que consiguió el chofer romperla mi nona y yo volvimos a la casa, sentándonos en las sillas de la mesa de la cocina.
— Alice, te voy a dar la dirección y el teléfono de una amiga mia en Londres, sé que tanto viaje no podrá ser bueno, pero no voy a permitir que te hagan más daño, el chofer te llevará hasta un hotel cerca del aeropuerto, voy a hacer unas cuantas llamada y te avisare por mensaje, cuidate mi niña y por favor en el hotel no le abras la puerta a nadie — me dijo mientras lloramos abrazadas
Sin poder descansar en mi casa por si Kevin aparecía de pronto, nos despedimos mi nona y yo en la puerta de mi casa. El chofer abrió la puerta de la limusina, subi sentándome en los asientos de cuero alejándonos de la casa donde pase momentos felices, dejándome el chofer poco después en la puerta de un hotel cerca del aeropuerto como me dijo la única persona que me quería de verdad, mi nona.
Nona me envió por mensaje como me dijo, el número de vuelo y la hora que salía mi avión hacia Londres, la noche que pasé en el hotel pude dormir y descansar bastante, al día siguiente, me marché de la habitación, cogi el ascensor para bajar a la cafetería y poder desayunar antes de coger un taxi que me acercara al aeropuerto. Después de tomarme el zumo y comerme los dos botillos que le pedí al camarero y que por cierto estaban deliciosos, me acerque a la recepción del hotel a pagar lo consumido y la habitación. Sorprendiéndome cuando la recepcionista me comentó que todo estaba pagado, me alegré mucho porque a mi no me quedaba mucho dinero y sabía que mi nona me estaba ayudando. La misma recepcionista me llamó al taxi que me llevó al aeropuerto.
Cuando llegué a Londres, vi a un hombre con traje y gorra que portaba en sus manos un cartel con mi nombre, me acerque a él sigilosamente porque ya no podía fiarme de nadie.
— Soy Alice Anderson — le dije con la voz temblorosa
— Señorita Anderson, soy el chofer de la señora Elizabeth Jones, si me permite su equipaje nos podremos marchar — me dijo siendo muy cortés, cogiendo mi equipaje
Acompañé al chofer hasta la limusina que estaba aparcada un poco más lejos de la entrada del aeropuerto, dejó mi equipaje en el maletero y me abrió la puerta del vehículo ayudándome a entrar en él. Creo que fue casi una hora de camino, pero me daba lo mismo ya que Londres era preciosa, aunque en ese momento no podía recorrer sus calles y sus monumentos como me hubiera gustado, pensé que acababa de llegar y ya tendría tiempo para conocerla mejor.
El chofer entró con la limusina por un camino donde se podía contemplar al fondo la belleza de la mansión, donde vivía la señora Elizabeth, amiga de mi nona. Paramos en la misma puerta de aquella preciosa mansión donde ya me esperaban dos mujeres de mediana edad, vestidas con uniforme. Después de saludarme me hicieron acompañarlas, entramos en la gran casa pero mi mirada estaba en la riqueza que dentro había, cuadros de Rembrandt, Picasso y muchos pintores famosos, una de las mujeres me hizo entrar en una salita donde se encontraba sentada en un sillón, una mujer de pelo blanco pero muy distinguida y muy guapa, levantándose de su sillón en cuatro entre, acercándose a mí.
— Eres tan guapa como mi amiga me dijo, me llamo Elizabeth, aunque supongo que tu nona te lo habrá dicho — me dijo
— Sí señora, me llamo Alice y quiero agradecerle que me acoja en su casa — contesté
— Dejémonos de formalismos Alice, supongo que en tu estado estarás cansada, ven yo misma te acompañare a tu dormitorio
La acompañe hasta unas escaleras que subían y que daban a un largo pasillo lleno de puertas, entramos en la segunda puerta quedando inmovil al ver la belleza del dormitorio
— Este es tu dormitorio, está al lado del mío, tienes una terraza que sus vistas dan a lo más bello de Londres, espero que sea de tu agrado — me dijo
— Es perfecta, gracias — respondí
— Bueno mi niña, te dejo para que te refresques y descanses, ese bebé necesita ahora muchos cuidados y solamente su mamá se los puede dar, te espero para la cena — me dijo acariciando mi mejilla con su suave mano
Nada más marcharse del dormitorio Elizabeth, me senté en la cama, cogi mi bolso y saqué de él mi móvil para llamar a mi nona, cogiéndome ella la llamada al cuarto toque, preocupándome hasta que escuche su voz, porque ella nunca tardaba tanto en contestarme.
— ¿Dígame? — me pregunto extrañandome
— ¿Está contigo Kevin, nona? — pregunte
— Sí, creo que se ha equivocado señor — me respondió colgando mi llamada
Deje mi móvil encima de la cama, entre en el cuarto de baño, me quite toda la ropa para ducharme, deje correr el agua por mi cuerpo relajándome, termine de ducharme y cogi una de las toallas que había colgadas en la puerta rodeando mi cuerpo con ella, salí del cuarto de baño, vistiéndome en el dormitorio.
me marché del dormitorio para bajar a la salita donde estaba Elizabeth, cuando entre, me di cuenta de que no estaba sola,
— Pasa Alice cariño, te quiero presentar a mi nieto, lo he llamado porque es el Ceo de su empresa, dejame que te lo presente — me dijo
Cuando aquel hombre se puso de pie y se acercó a mí ofreciéndome su mano, nos quedamos mirándonos fijamente a los ojos, era muy alto, con unos pómulos de infarto, tenía el pelo muy corto como si se lo hubieran rapado y unos ojazos azules como el mismísimo cielo, sus labios eran perfilados pero muy carnosos y deseables
— Hola Alice, me llamo Aaron, es un placer para mi conocerte, pero por favor sentemos — me dijo, sentándome en uno de los sillones sin apartar mi mirada de esos preciosos ojos
— Alice mi nieto te va ayudar a incorporarte en su empresa — me dijo Elizabeth
— Se lo agradezco mucho, aunque no tengo mucho conocimiento de empresas — contesté
— No te preocupes, yo mismo te ayudaré, me ha dicho mi abuela que vienes de parte de Marta tu nona ¿no? — preguntó
— Si es mi nona, pero mi historia es un poco larga, la verdad es que estoy huyendo de—-------
— De el Ceo, socio de tu padre ¿verdad? — preguntó Elizabeth
— Bueno abuela, no creo que Alice quiera hablar ahora con nosotros, se le nota su sufrimiento, Alice yo yo me tengo que marchar ahora, pero te espero mañana en mi empresa, pero quiero verte sonreír, eres muy guapa
— Gracias por todo, y por vuestra ayuda y comprensión a ti Elizabeth y por supuesto a ti Aron — les dije cayendo una lagrimilla por mis mejillas
— No llores mi niña, verás como aquí con nosotros serás feliz, se lo debo a mi gran amiga Marta — dijo Elizabeth