Capítulo 116 Mezquindad

A medida que la temperatura de sus cuerpos aumentaba a un ritmo acelerado, toda la habitación empezaba a arder. El beso íntimo se extendió hasta la barbilla, el cuello y el pecho de Chiara mientras un enorme par de manos recorrían su cuerpo. Sin embargo, ella no se resistió en absoluto ya que su mente estaba por completo en blanco. ¡Toc! ¡Toc! ¡Toc!. Los rápidos golpes en la puerta intentaron detener el avance del hombre.